(AZprensa) Hasta hace poco parecía como si todas las compañías farmacéuticas soñaran con encontrar un fármaco superventas que los impulsara hasta el nº 1 del ranking, aunque ese es un objetivo que nunca se puede programar ya que depende de demasiados factores. Además, como afirman muchos analistas, ninguna compañía necesita tener uno o dos fármacos superventas, sino concentrarse en unas pocas áreas terapéuticas y ser fuerte en las mismas. De hecho, la historia de la industria farmacéutica nos enseña que es prácticamente imposible programar el descubrimiento de un fármaco superventas.
En esta línea se han venido manifestando algunos grandes directivos de la industria farmacéutica británica. Para Richard Auty, “invertimos en proyectos sobre necesidades médicas reales pero sin asumir que descubriremos la panacea”. Está claro, que nadie sabe lo que puede deparar el futuro; por ello David Barnes apunta que “la genómica tiene el potencial de identificar qué tipos de pacientes responden mejor a un tipo de fármaco”. Así, los científicos que trabajan en la industria farmacéutica tratan de averiguar cuáles son las diferencias genéticas responsables de que cada individuo responda de forma diferente a un mismo fármaco, un camino que podría conducir a cambiar el actual panorama, pasándose de unos pocos fármacos superventas para un gran número de pacientes, a muchos microfármacos adaptados a cada grupo de pacientes en función de su respuesta individualizada a los mismos. Como añade Auty, “el último sueño es que la genética identifique multitud de grupos de personas; de esta forma la investigación farmacéutica llevaría a descubrir productos específicamente adaptados para cada uno de esos grupos”.
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