viernes, 6 de noviembre de 2015

Anticuerpos monoclonales humanos... de ratón

(Diario El Inefable) La mayoría de los fármacos anticancerosos actúan como tóxicos en el organismo, dañando por igual a las células cancerosas y al tejido sano, sólo las nuevas generaciones de fármacos descubiertos tratan de localizar su actividad exclusivamente en las células cancerosas, modificando la biología de la enfermedad a nivel molecular. Aun así no existe ninguna píldora mágica que actúe en todos los pacientes o en todos los cánceres.

Por eso el investigador Jeff Hanke comenta que “el cáncer no es una enfermedad, hay cuentos de tipos de cáncer. Algunos interactúan con las proteínas del cuerpo, otros con las enzimas o los canales de iones o con los receptores de membrana. Las interacciones de proteínas no responden a los fármacos de moléculas pequeñas, pero son excepcionalmente adecuados para el tratamiento por anticuerpos”.

Los anticuerpos monoclonales totalmente humanos rastrean las células cancerosas específicas para cuya búsqueda fueron diseñados y, o bien destruyen las células a las que van dirigidos o bien alteran su actividad. Son producidos por ratones transgénicos “XenoMouse” los cuales generan anticuerpos humanos al cien por cien en lugar de hacerlo a partir de material genético de ratones normales, como era el caso de los primeros anticuerpos monoclonales. Al utilizar proteínas humanas se minimiza el riesgo de rechazo y aumenta la efectividad del tratamiento.

A menudo los anticuerpos se utilizan en combinación con fármacos de moléculas pequeñas para alcanzar un margen terapéutico más amplio de seguridad y mejorar los resultados para el paciente.

Como señala otra investigadora, la Dra. Catherine Wheeler, “la eficacia de cualquier terapéutica anticancerosa es solo tan buena como la importancia de la diana patológica que se persigue.

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