(Diario El Inefable) El robot de análisis de proteínas de Microtech permite
analizar más proteínas y a una concentración mucho menor, lo que da lugar a
mejoras en la productividad y en la eficiencia. Este ha sido un claro ejemplo
de colaboración entre científicos, en este caso Gyorgy Marko-Varga y Thomas
Laurell. Al cabo de numerosos estudios y experimentos realizados de forma
conjunta los dos científicos sintieron que estaban en el camino de encontrar la
solución, por lo que establecieron un primer acuerdo de colaboración para
desarrollar el prototipo robótico para el análisis de proteínas.
A ello contribuyó el experto en alianzas científicas, Hans
Hultberg, para quien el factor principal para que el resultado de una
colaboración sea satisfactorio es el establecimiento de una buena relación
entre las partes y “en este caso teníamos dos grupos que se habían encontrado
casualmente y que ya estaban trabajando en equipo. Creo que la proximidad a la
Universidad, a poca distancia de las instalaciones, es una de las claves de
este éxito”. No obstante, y como siempre sucede, los mayores escollos surgieron
“al tener que firmar contratos e involucrar abogados para hacer algo que antes
había sido un proyecto conjunto placentero e inspirador”, explica Laurell, para
añadir que el establecimiento de los términos de “propiedad intelectual” fue
uno de los aspectos más controvertidos. En cualquier caso, la colaboración
resultó fructífera y el nuevo robot ha ayudado en numerosas áreas de
investigación, en especial para encontrar biomarcadores con mayor eficacia y
rapidez.
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