(Diario El Inefable) Rakesh Anand, no sólo es un experto en
genética, sino también en las relaciones entre la Universidad y la industria
farmacéutica, por eso sale en defensa de esta necesaria colaboración:
“Inevitablemente, las preocupaciones comerciales se ha hecho más importantes,
pero decir que las consideraciones comerciales inhiben a la ciencia sería
demasiado simplista. Cuando estás en el mundo universitario y trabajas en un
área de ciencia muy avanzada, siempre están inhibidos a la hora de revelar los
pormenores de la investigación, hasta que has conseguido la publicación
completa. En la industria son fármacos en el mercado y entonces no hay
inhibiciones.
En este sentido comenta, por ejemplo, que en Estados Unidos
“los académicos aceptan de forma más relajada trabajar en la ciencia comercial.
Están bastante abiertos en áreas que tienen importancia comercial directa. ¿Por
qué en el mundo universitario del Reino Unido (y de Europa en general) sólo
vemos interés comercial en estos problemas, cuando de hecho son de relevancia
directa para los pacientes?”. Anand cita la industria de los teléfonos móviles
como ejemplo de cómo este espíritu colaborador ha sido eficaz; la tecnología
que entró en la industria del teléfono móvil estaba dirigida básicamente a resolver
el problema de cómo hacer eficaz la comunicación dondequiera que esta tuviese
lugar, y se resolvió con muchas disciplinas trabajando juntas. En su opinión,
esto es esencial para el progreso en todos los campos, incluida la industria
farmacéutica.
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