sábado, 26 de noviembre de 2022

La nueva dictadura de Twitter… y sus errores

(AZprensa) Hasta ahora, en la red social Twitter, cuando una persona o empresa quería obtener un sello de autenticidad (para que todos identificásemos a primera vista que se trataba de una “cuenta oficial” y no de un suplantador) tenía que demostrar su identidad y tener además un elevado número de seguidores. Sin embargo, tras la adquisición de Twitter por Elon Musk, una de las primeras cosas que hizo –además de despedir empleados- fue eliminar ese sistema de identificación y sustituirlo por otra cosa más “práctica”: Pagar una suscripción de 8 dólares mensuales y ya está, así, sin ningún tipo de verificación.
 
¿Y qué ha pasado? Que miles de personas y empresas en todo el mundo han visto cómo cualquiera podía suplantar fácilmente su identidad. Por ejemplo, el laboratorio farmacéutico Lilly ha sido uno de los más afectados. Un bromista que se hizo pasar por la cuenta oficial de este laboratorio, publicó que a partir de ahora sus insulinas serían gratis. Acto seguido, las acciones de esta compañía bajaron un 4 por ciento en la Bolsa.
 
Después de eso, Elon Musk rectificó, pero no para volver al sistema anterior (que eso sería reconocer que se había equivocado) sino que lo cambió por un nuevo sistema que consiste en que sólo se dará ese símbolo de autenticidad a… ¡sus anunciantes!
 
Como se ve, todo es negocio. No hay más.
 

En un lugar de La Mancha… se hablaba así y aún hoy día se conserva.
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