martes, 29 de noviembre de 2022

Apuntarse a la moda de los coches eléctricos, sin valorar los inconvenientes

(AZprensa) El laboratorio farmacéutico AstraZéneca se ha sumado a las directrices de la “Agenda 2030”, esa que pretende decirnos cómo tenemos que vivir, qué cosas tenemos que hacer y casi, casi, qué cosas tenemos que pensar. Como uno de los objetivos de esa Agenda es acabar con los coches de gasolina y cambiarlos por coches eléctricos para “salvar el planeta” (1) AstraZéneca ha llegado a un acuerdo con la firma automovilística Volkswagen para cambiar los coches de sus empleados a coches eléctricos. Para finales de este año ya tendrán sus nuevos coches eléctricos el 15% de sus trabajadores (de aquellos a quienes se da coche de empresa) y para 2025 ya lo tendrá el cien por cien.
 
Está muy bien eso de los coches eléctricos, de emisión cero, y más en un laboratorio que tiene una importante línea de investigación y de medicamentos para tratar enfermedades respiratorias. “Reconocemos el fuerte vínculo que existe entre el planeta y la salud de las personas, y queremos abordar el impacto de todas nuestras actuaciones”, dice su presidente en España Rick R. Suárez, y está claro que esta medida es adecuada para “mitigar la carga de las enfermedades respiratorias y otras condiciones relacionadas con la contaminación del aire”.
 
Sí, todo eso está muy bien, pero se han olvidado de la cruda realidad de lo que hoy es España. ¿Que no sabes a qué me refiero? Pues simplemente te voy a dar unos datos del informe elaborado por la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (Anfac) y la patronal de los concesionarios (Faconauto):
 
Actualmente (datos del último año) hay en España 11.517 puntos de recarga de acceso público.
El objetivo del Gobierno es conseguir que para el año 2030 estén circulando por España 3 millones de coches eléctricos y para que puedan hacerlo medianamente bien, se necesitarían como mínimo 340.000 puntos de recarga de acceso público. ¿Sabes cuántos puntos de recarga públicos hay ahora mismo? Pues según ese informe que recoge datos hasta el año 2021 en España hay 11.517 puntos de recarga de acceso público.
 
Es muy fácil hacer el cálculo de lo que nos falta: 340.000 – 11.517. Puedes hallar tú mismo la diferencia.
 
Pero aún hay más. Si nos comparamos con nuestro otros países europeos, la cosa está peor: España representa en extensión de kilómetros cuadrados, el 12% de la superficie del territorio europeo, pero sólo tiene el 3% de los puntos de recarga de acceso público que hay en total en Europa. Para comparar, por ejemplo, Italia con el 7% del territorio europeo, dispone del 6% de los puntos de recarga. Otro ejemplo, Francia, representa el 14% del territorio europeo y tiene el 21% de los puntos de recarga.
 
Conclusión: Cuando las buenas intenciones se basan sólo en palabras y no en hechos y realidades concretas, se está destinado al fracaso.
 
(1) No pretende este artículo ir en contra de quienes defienden el medio ambiente, todo lo contrario, somos tan conscientes de este problema que nos preguntamos: ¿Por qué no nos dicen los Gobiernos dónde y cómo van a tratar los residuos de esas baterías de coches eléctricos que son del tamaño de un sofá y son altamente contaminantes? La fabricación de baterías de coches eléctricos es muy contaminante, la vida útil de cada batería (de enorme tamaño) es de unos pocos años, y nada nos dicen tampoco de cómo tratar esas enormes cantidades de residuos contaminantes que se van a generar cuando esas baterías hayan llegado al fin de su vida útil. De todo esto, no dicen nada.
 


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