lunes, 12 de mayo de 2025

El logotipo y su necesidad de evolución

(AZprensa) Los logotipos son la cara visible de una marca, ya sea un club deportivo, una empresa comercial o una institución. Son símbolos que encapsulan valores, historia y emociones, pero también deben reflejar la relevancia y modernidad de la entidad que representan. En un mundo dinámico, donde las tendencias visuales, las tecnologías y las expectativas del público cambian rápidamente, la evolución de los logotipos se convierte en una necesidad estratégica para muchas organizaciones. Sin embargo, estos cambios a menudo generan resistencia, como ilustra el caso del Atlético de Madrid, que revirtió el rediseño de su escudo ante la oposición de sus socios, frente al éxito de otros como la Juventus, que abrazó un cambio radical, o empresas comerciales que renuevan sus logotipos con resultados positivos.
 
Por eso vamos a exponer por qué los logotipos deben evolucionar, cuáles son los beneficios de adaptarse a los nuevos tiempos, y cómo debemos gestionar el equilibrio entre innovación y tradición, ya que innovación y tradición no tienen por qué estar reñidas…
 
¿Por qué deben evolucionar los logotipos?
 
Relevancia cultural y estética: Los gustos visuales cambian con el tiempo. Un logotipo que parecía moderno hace décadas puede percibirse como anticuado hoy. Las tendencias en diseño, como el minimalismo, la simplicidad o el uso de paletas de colores modernas, influyen en la percepción de una marca. Por ejemplo, el rediseño del escudo del Atlético de Madrid en 2017 buscó un estilo más limpio y armónico, alineado con las tendencias actuales, para proyectar una imagen fresca y global.
 
Adaptación a nuevos medios: La digitalización ha transformado la forma en que las marcas interactúan con su público. Los logotipos deben ser versátiles para funcionar en plataformas digitales, desde íconos de aplicaciones hasta redes sociales, donde la claridad en tamaños pequeños es crucial. El rediseño de la Juventus en 2017, que pasó de un escudo tradicional a una "J" estilizada, fue diseñado para destacar en entornos digitales y ser fácilmente reconocible en cualquier formato.
 
Atracción de nuevas audiencias: Las marcas, especialmente las globales, buscan captar a generaciones más jóvenes o mercados internacionales. Un logotipo renovado puede reflejar una mentalidad progresista y abierta. Empresas como Pepsi o Airbnb han evolucionado sus logotipos para conectar con audiencias globales, manteniendo su esencia pero proyectando modernidad.
 
Reflejo de cambios internos: Un rediseño puede señalar una nueva etapa en la estrategia o valores de una organización. Por ejemplo, cuando Microsoft actualizó su logotipo en 2012, el diseño más limpio y geométrico reflejaba su transición hacia la innovación tecnológica y la nube, alejándose de su imagen de los años 90.
 
Diferenciación competitiva: En mercados saturados, un logotipo actualizado puede ayudar a destacar frente a la competencia. La Juventus, con su cambio radical, se posicionó como una marca global más allá del fútbol, compitiendo en el terreno del entretenimiento y la moda.
A todo esto hay que sumar que el rediseño de un logotipo –si está bien ejecutado- puede aportar aporta múltiples beneficios a la empresa:
 
Modernización de la imagen: Un logotipo actualizado proyecta dinamismo y relevancia, como en el caso de Burger King, que en 2021 recuperó elementos retro pero con un enfoque minimalista, conectando con la nostalgia mientras se mantenía contemporáneo.
 
Mayor versatilidad: Diseños simplificados funcionan mejor en entornos digitales y físicos, como el logotipo de Mastercard, que eliminó el texto en 2019 para centrarse en sus círculos entrelazados, fácilmente reconocibles en cualquier contexto.
 
Fortalecimiento de la narrativa de marca: Un rediseño puede reforzar los valores actuales de la marca. El nuevo logotipo de la Juventus, con su simplicidad y audacia, reflejó su ambición de ser una marca global de estilo de vida.
 
Incremento del valor comercial: Empresas como Apple, cuya manzana evolucionó de un diseño detallado a uno minimalista, demuestran cómo un logotipo moderno puede convertirse en un activo icónico que impulsa el valor de la marca.
La resistencia al cambio: El caso del Atlético de Madrid
 
A pesar de los beneficios, los rediseños de logotipos suelen enfrentar oposición, especialmente en contextos donde la tradición y la identidad emocional son centrales, como en los clubes de fútbol. El Atlético de Madrid presentó en 2017 un escudo rediseñado que suavizaba las líneas, eliminaba detalles complejos y adoptaba un estilo más moderno. Aunque el cambio buscaba mejorar la legibilidad y reflejar una imagen global, los socios del club lo percibieron como una ruptura con la historia y los valores del equipo. La presión de los aficionados, que organizaron protestas y campañas, llevó al club a anunciar en 2023 la vuelta al escudo anterior.

Este caso ilustra los riesgos de subestimar el apego emocional de las audiencias. Los aficionados no solo ven el escudo como un logotipo, sino como un símbolo de identidad colectiva. La falta de una comunicación efectiva y la percepción de que el cambio fue impuesto sin consulta contribuyeron al rechazo.
 
El éxito de la audacia: El caso de la Juventus
 
En contraste, la Juventus de Turín optó en 2017 por un cambio drástico, abandonando su escudo tradicional por una "J" estilizada en blanco y negro. Este diseño minimalista, que rompió con los elementos heráldicos típicos de los clubes de fútbol, fue inicialmente criticado por algunos tifosi. Sin embargo, el club mantuvo su apuesta, respaldada por una estrategia clara: posicionarse como una marca global, comparable a gigantes del entretenimiento. La Juventus comunicó el cambio como un paso hacia el futuro, y el nuevo logotipo, diseñado para ser versátil y reconocible en cualquier medio, ha sido un éxito comercial, impulsando merchandising y colaboraciones con marcas como Adidas.
 
La diferencia clave entre ambos casos radica en la gestión del cambio. La Juventus acompañó el rediseño con una narrativa sólida, explicando su visión de modernidad y globalización, mientras que el Atlético de Madrid no logró conectar emocionalmente con sus aficionados ni justificar la necesidad del cambio.
 
Lecciones desde las empresas comerciales
 
Las empresas comerciales suelen gestionar mejor la evolución de sus logotipos, ofreciendo lecciones valiosas para cualquier organización. Veamos algunos ejemplos:
 
Comunicación transparente: Marcas como Pepsi, que ha actualizado su logotipo varias veces, acompañan los cambios con campañas que explican cómo el nuevo diseño refleja su evolución. En 2023, Pepsi presentó un logo que combinaba nostalgia con modernidad, generando entusiasmo entre los consumidores.
 
Participación de las audiencias: Antes de lanzar un rediseño, empresas como Airbnb realizan pruebas con usuarios para evaluar la recepción. Esta retroalimentación ayuda a ajustar el diseño y preparar al público para el cambio.
 
Evolución gradual: Marcas como Google han optado por cambios sutiles, ajustando tipografías o colores sin alterar la esencia, lo que reduce la resistencia. Su logotipo de 2015 simplificó la tipografía para mejorar la legibilidad digital, manteniendo el esquema de colores icónico.
 
Cuidado en la implementación: Empresas como Nike aseguran que el nuevo logotipo se implemente consistentemente en todos los puntos de contacto, desde productos hasta publicidad, reforzando su impacto.
 
Tradición vs Innovación
 
Para que un rediseño sea exitoso, las organizaciones deben equilibrar tradición e innovación y para ello es necesario…
 
Respetar la herencia: Incluir elementos que evoquen la historia de la marca, como colores o formas icónicas, ayuda a mantener la conexión emocional. El rediseño de Coca-Cola en 2020 mantuvo su tipografía clásica mientras introducía variaciones modernas.
 
Involucrar a las audiencias: Consultar a los stakeholders, ya sean aficionados o clientes, y explicar los motivos del cambio fomenta la aceptación.
 
Alinear el diseño con la estrategia: El nuevo logotipo debe reflejar los objetivos de la organización, ya sea llegar a nuevos mercados, modernizarse o destacar en lo digital.
 
Gestionar la transición: Un lanzamiento bien planificado, con campañas que celebren el cambio, puede convertir la evolución en una oportunidad de conexión con el público.
 
La evolución de los logotipos es una necesidad en un mundo donde las marcas deben mantenerse relevantes, versátiles y conectadas con su público. Aunque casos como el del Atlético de Madrid muestran los riesgos de ignorar el apego emocional, ejemplos como la Juventus o empresas como Apple, Pepsi y Nike demuestran que un rediseño bien ejecutado puede fortalecer la identidad y el valor de una marca. La clave está en equilibrar tradición e innovación, comunicando con claridad y cuidando cada detalle de la implementación. Como dijo el diseñador Milton Glaser, creador del logo de "I  NY": “Un buen logotipo no solo representa, sino que inspira”. Para inspirar en el futuro, los logotipos deben evolucionar con los tiempos, llevando consigo la esencia de lo que representan.
 

Vicente Fisac es periodista y escritor. Todos sus libros están disponibles en Amazon:
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