(AZprensa)
Quien siga creyendo que el Festival de la Canción de Eurovisión es un festival
musical en donde compiten canciones de distintos países para ver cuál es la
mejor canción, es un infeliz o un ignorante. En este festival se tiene muy poco
en cuenta la calidad de la canción, se puntúa algo más la extravagancia de la
puesta en escena, y lo que verdaderamente vale puntos para optar a los primeros
puestos son las buenas relaciones de cada país con los demás países
participantes.
El
festival de Eurovisión de este año no ha sido una excepción y nos ha dejado una
lección muy clara: Israel cuenta con las simpatías de la mayoría de los países,
mientras que la España de Pedro Sánchez se ha ganado las antipatías de casi
todos. Así no es de extrañar que España haya quedado antepenúltima (la 24 de 26
participantes); sólo ha superado a la modesta Islandia, que siempre va a su
aire, y a la pequeña San Marino. Por el contrario, este año la ganadora ha sido
Austria y la segunda clasificada Israel. Por cierto, también Ucrania goza de simpatías
tal como refleja su meritorio puesto número nueve.
Pero
¿qué ha pasado este año con España para quedar tan mal? La culpa no es de la
intérprete, Melody, ni de su mediocre canción, ni de su puesta en escena (una
más entre el montón); la culpa ha sido de Pedro Sánchez y su gobierno,
empeñados en politizar todo, incluido este Festival.
Durante
las semifinales, los comentaristas de RTVE cargaron contra Israel por su
conflicto bélico con Palestina e incluso pidieron a los organizadores que no
invitaran más a participar a Israel. La organización del festival les dio una
reprimenda, les amenazó con sanciones por no respetar las reglas del festival,
y les dijo que se abstuviesen de comentarios políticos. Lejos de callar los
presentadores de RTVE, cuando tocó el turno de la intervención de Israel
mostraron en pantalla un anuncio que decía “Frente a los derechos humanos, el
silencio no es una opción. Paz y justicia para Palestina”. (Curiosamente la
televisión estatal, RTVE, nunca ha criticado los crímenes y atrocidades
cometidos por Palestina, o sea, que para el gobierno de Pedro Sánchez el
silencio sí es una opción, una opción para manejarla de forma hipócrita y
parcial).
Bueno,
hay un dicho español (¡qué sabia es la cultura popular!) que dice: “¿Qué no
quieres caldo? ¡Pues toma dos tazas!”. Que traducido a lenguaje Eurovisivo
quiere decir: “¿Qué no te gusta Israel? ¡Pues ahora le damos a Israel más votos
de los que se merece, y a ti no te votamos y te vas a la cola de la
clasificación! ¡Por tonto y por meter la política en esto!”. Dicho y hecho:
Israel en el segundo puesto y España en el antepenúltimo.
Dice
la presidenta de la Comunidad de Madrid (que no se calla nunca ante las
tropelías de la dictadura de Pedro Sánchez): “RTVE es esta gala es, de lejos,
la más secuestrada por la politización bochornosa de todo lo público en manos
de su gobierno. Síntoma de debilidad y decadencia”. Y añade, respecto a la
hipocresía de este Gobierno: “Ya nos gustaría ver a los del numerito de
Eurovisión con Israel, decir algo del terrorismo, o de la ejecución o
encarcelación a homosexuales en países musulmanes”.
Vicente Fisac es periodista y escritor. Todos sus libros están disponibles en Amazon: https://www.amazon.com/author/fisac
“Diccionario Político”: https://www.amazon.es/dp/1697315488
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