Buscando, como siempre, nuevos campos donde hacer crecer las
ventas de Tantum Pomada 60, vi que –llegado el verano- había otra indicación a
la que se podía sacar partido: el eritema solar, algo que ya habíamos hecho con
anterioridad y éxito en Pediatría (los excesos en la toma de sol por parte de los niños cuando están en la playa); ahora tocaba el turno a los mayores.
La hermana de una compañera cedió su hermoso y desnudo
hombro para fundirlo con la erupción de un volcán, simbolizando así esa desasosegadora
sensación que produce la quemadura solar.
En el interior, y sobre un simbólico sol abrasador, se
ofrecía la solución que hay que dar “cuando irrumpe el eritema solar”, y esa
solución era bien sencilla: Tantum Pomada 60. Pero además de las características
clásicas de este producto, aquí hablábamos también de su acción emoliente
gracias a la cual se evitan la retracciones provocadas por la cicatrización
tras una quemadura solar. Junto con las explicaciones pertinentes, se destacaba
también la utilidad de este preparado de manera profiláctica, antes de la
exposición a los rayos solares. Y teniendo en cuenta que las superficies
afectadas por el eritema solar suelen ser muy amplias y la gente quiere seguir
tomando el sol aunque se queme, estaba claro que aquí tenía más justificación
que en ninguna otra parte eso que propugnábamos siempre: el envase grande de 60 gramos...
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