Del cartón a la vena

Es ley de vida, siempre hay que intentar vender más. En el caso de Tantum Pomada queríamos traspasar todas las recetas que se hacían del envase pequeño, al envase grande, y por eso los visitadores médicos y los folletos que les preparaba, insistían en llamar a este producto “Tantum Pomada 60”. Por ejemplo, en la contraportada de este díptico, podemos ver un ejemplo gráfico de lo que pedíamos al médico escribiese en la receta: “Tantum Pomada 60” escrito con letra “de médico” aunque en este caso no se trataba de “letra de médico” sino de mi propia letra.

Por otra parte, eso no era suficiente; queríamos más. Y, a través del análisis de prescripciones de IMS comprendí que había un campo virgen para nosotros: el campo de las afecciones flebológicas (síndromes varicosos, flebitis, periflebitis, tromboflebitis, etc.). Desde el punto de vista médico era correcto recomendar el producto en estas indicaciones, y así lo hice.

Como siempre buscaba innovaciones, en este caso estudié con nuestros dibujantes una forma original de representar las venas, pero unas venas que estuviesen aprisionadas por la inflamación. Cogimos trozos de cartón y los pusimos de canto. Esos pequeños huecos que dan consistencia al cartón daban también la apariencia de tejido orgánico, máxime si se juntaban varias hojas de cartón. De esta forma construimos unos tejidos que oprimían el caudal circulatorio de una vena y, tras el tratamiento fotográfico y virado de los colores, se consiguió esta imagen que representaba un caso de flebitis. Nacía así la irrupción de Tantum Pomada 60 en un nuevo campo terapéutico al que daba respuesta, y afirmábamos en portada que este era “el preparado que transforma el estasis venoso en circulación activa”...