(AZprensa) Las cifras del Centro de
Investigaciones Sociológicas (CIS) en los últimos 20 años indican cambios en
los hábitos de sueño de la población española. El último barómetro indica que los españoles duermen una media de 7,12 horas
durante los días laborables mientras que antes, según datos disponibles en 1995, dormían 7,97 horas. Esto indica que España
ha perdido cerca de una hora de sueño durante este tiempo. A su vez, en este
plazo, se observa un incremento del número de españoles que duermen menos de 7
horas: hoy en día este grupo ya representa un 57,8 % de la población,
cuando antes era un 37,2 %.
El psicobiólogo y neurocientífico de la UOC Diego
Redolar explica
que estas cifras confirman que «los
españoles duermen poco» puesto que, a pesar de las diferencias
individuales que pueda haber, «diversos estudios recomiendan dedicar
habitualmente entre 7,5 y 8 horas al día al sueño».
Este aumento de las horas en vigilia “es característico del mundo moderno, que invierte más tiempo en su actividad social”, apunta el sociólogo y profesor de la UOC Francesc Núñez. “La acción, hoy en día, es sinónimo de prestigio, aunque sea en el ámbito de la diversión y no del trabajo”, añade. En su opinión, dicha tendencia representa “la transformación cada vez más radical de cómo las personas estructuran su experiencia temporal”. El hombre moderno “está abocado hacia el futuro y marcado por los relojes y por los planes personales, laborales y gubernamentales” y quiere hacerse “amo del tiempo, ponerlo al servicio de sus intereses, del cálculo racional, de la acción encaminada hacia la dominación”.
Este aumento de las horas en vigilia “es característico del mundo moderno, que invierte más tiempo en su actividad social”, apunta el sociólogo y profesor de la UOC Francesc Núñez. “La acción, hoy en día, es sinónimo de prestigio, aunque sea en el ámbito de la diversión y no del trabajo”, añade. En su opinión, dicha tendencia representa “la transformación cada vez más radical de cómo las personas estructuran su experiencia temporal”. El hombre moderno “está abocado hacia el futuro y marcado por los relojes y por los planes personales, laborales y gubernamentales” y quiere hacerse “amo del tiempo, ponerlo al servicio de sus intereses, del cálculo racional, de la acción encaminada hacia la dominación”.
Esta pérdida de horas de sueño puede provocar en las personas “marcadas
alteraciones en la atención, en la consolidación de los procesos de aprendizaje
y de la memoria y en la manera de procesar la información de tipo emocional”,
advierte el experto. “Diferentes estudios han mostrado que el sueño resulta muy
importante para un correcto funcionamiento de los sistemas neuronales. Dormir
ayuda a descansar y a recuperarse, porque permite regular el metabolismo y
recuperar el equilibrio interno del organismo”.
Pero también dormir mucho puede ser
perjudicial. Un estudio de la Universidad de Cambridge, con una muestra de más
de 9.000 personas entre 42 y 81 años, publicado en la revista de la Academia
Americana de Neurología “Neurology”,revela que “dormir más de 8 horas diarias se puede
asociar a un mayor riesgo de sufrir un ictus o un accidente cerebrovascular”.
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