En este sentido, una de las principales alteraciones que
está afectando a gran porcentaje de la población es el sueño. El estrés, la
ansiedad, y la incertidumbre pueden alterar la capacidad de dormir
correctamente, hasta el punto de provocar malestar, cansancio crónico, insomnio
e incluso alteraciones en el bienestar emocional.
La Dra. Paula Giménez Rodríguez, directora de la Unidad
Multidisciplinar de Sueño de la clínica HLA Vistahermosa, explica que es normal
llegar a sentir malestar físico y emocional. Entre los más comunes se
encuentran “sensación de falta de descanso al despertar o sueño de mala
calidad, somnolencia durante el día, cefaleas, alteración del estado de ánimo
en forma de ansiedad o de estados distímicos, estados depresivos y también
problemas de memoria e incluso de falta de concentración.” Además, advierte de
que estos problemas pueden establecerse en nuestro día a día en el
confinamiento y mantenerse a largo plazo una vez finalizado el confinamiento.
Para paliar estos efectos, recomienda seguir estas pautas:
1.- Establecer unas rutinas. Es importante seguir un
horario fijo a la hora de levantarse y acostarse, de hacer las comidas
principales, de trabajar y de tener ocio o estar con la familia.
2.- Exposición a la luz, especialmente en las primeras
horas del día. Es recomendable que las personas que tienen un balcón o terraza
intenten pasar un buen rato en ellos (al menos 2 horas por la mañana) para que
esta luz sincronice su reloj biológico y favorezca el descanso nocturno. Si no
es posible, se debe intentar teletrabajar cerca de una ventana para al menos
exponerse a esta luz natural.
3.- Limitar las siestas a 20 minutos o directamente
evitarlas. Si decidimos realizarlas, debemos no exceder este tiempo
recomendando, así como evitar no hacerlas muy entrada la tarde.
4.- Realizar ejercicio físico. Debemos intentar hacer
ejercicio físico, estableciendo una rutina diaria, pero siempre evitando las
horas previas al sueño.
5.- Limitar o evitar el uso de dispositivos móviles.
Especialmente en las horas previas al sueño ya que estos nos alertan, nos
estimulan y hacen que nuestros descansos sean más pobres.
6.- Evitar pensamientos o noticias preocupantes. En torno
a la situación que estamos viviendo en las horas previas al sueño.
7.- Antes de dormir, hay que intentar desconcertar de las
preocupaciones del día a día. Esto se deberá sustituir por un ritual de
relajación que incluya una lectura monótona. Esta práctica favorecerá la
relajación previa al sueño y ayudará en el descanso nocturno.
Como se puede ver, tanto la televisión (informativos,
debates, etc.) como las redes sociales, son elementos sumamente perjudiciales
para la salud, especialmente en las horas previas a irse a dormir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario