lunes, 27 de abril de 2020

La enfermedad del confinamiento

(AZprensa) El confinamiento está afectando notablemente el día a día de la población española. Los expertos apuntan que esta situación excepcional puede afectar tanto física como psicológicamente a los ciudadanos, que ven modificadas sus rutinas, su forma de trabajar y sociabilizar.

En este sentido, una de las principales alteraciones que está afectando a gran porcentaje de la población es el sueño. El estrés, la ansiedad, y la incertidumbre pueden alterar la capacidad de dormir correctamente, hasta el punto de provocar malestar, cansancio crónico, insomnio e incluso alteraciones en el bienestar emocional.

La Dra. Paula Giménez Rodríguez, directora de la Unidad Multidisciplinar de Sueño de la clínica HLA Vistahermosa, explica que es normal llegar a sentir malestar físico y emocional. Entre los más comunes se encuentran “sensación de falta de descanso al despertar o sueño de mala calidad, somnolencia durante el día, cefaleas, alteración del estado de ánimo en forma de ansiedad o de estados distímicos, estados depresivos y también problemas de memoria e incluso de falta de concentración.” Además, advierte de que estos problemas pueden establecerse en nuestro día a día en el confinamiento y mantenerse a largo plazo una vez finalizado el confinamiento.

Para paliar estos efectos, recomienda seguir estas pautas:

1.- Establecer unas rutinas. Es importante seguir un horario fijo a la hora de levantarse y acostarse, de hacer las comidas principales, de trabajar y de tener ocio o estar con la familia.

2.- Exposición a la luz, especialmente en las primeras horas del día. Es recomendable que las personas que tienen un balcón o terraza intenten pasar un buen rato en ellos (al menos 2 horas por la mañana) para que esta luz sincronice su reloj biológico y favorezca el descanso nocturno. Si no es posible, se debe intentar teletrabajar cerca de una ventana para al menos exponerse a esta luz natural.

3.- Limitar las siestas a 20 minutos o directamente evitarlas. Si decidimos realizarlas, debemos no exceder este tiempo recomendando, así como evitar no hacerlas muy entrada la tarde.

4.- Realizar ejercicio físico. Debemos intentar hacer ejercicio físico, estableciendo una rutina diaria, pero siempre evitando las horas previas al sueño.

5.- Limitar o evitar el uso de dispositivos móviles. Especialmente en las horas previas al sueño ya que estos nos alertan, nos estimulan y hacen que nuestros descansos sean más pobres.

6.- Evitar pensamientos o noticias preocupantes. En torno a la situación que estamos viviendo en las horas previas al sueño.

7.- Antes de dormir, hay que intentar desconcertar de las preocupaciones del día a día. Esto se deberá sustituir por un ritual de relajación que incluya una lectura monótona. Esta práctica favorecerá la relajación previa al sueño y ayudará en el descanso nocturno.

Como se puede ver, tanto la televisión (informativos, debates, etc.) como las redes sociales, son elementos sumamente perjudiciales para la salud, especialmente en las horas previas a irse a dormir.

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