(AZprensa) Tan importante o más que el oro es este
mineral metálico de color negro y opaco, compuesto por los minerales
“columbita” (óxido de niobio con
hierro y manganeso) y la “tantalita” (óxido de tantalio con hierro y manganeso), que popularmente se conoce como “Coltán” (“col” de columbita y “tan” de
tantalita). Y la razón es bien sencilla: casi todos los componentes
electrónicos lo necesitan (móviles, ordenadores, etc.). Pero esos minerales no
están al alcance de cualquiera y en los sitios donde abunda (por ejemplo el
Congo) llevan aparejada la guerra, la corrupción, la explotación y muerte de
otros seres humanos…
Por eso es una noticia excelente (aunque sorprende lo
poco que se ha hablado de ella en los medios de comunicación) que España haya
puesto en funcionamiento una mina para extraer este mineral, no sólo por la
riqueza que va a traer consigo sino para conseguir que no se dependa tanto del
otro Coltán de África que viene manchado de sangre humana.
Un equipo liderado por el CSIC (Consejo Superior de
Investigaciones Científicas) ha desarrollado un procedimiento para recuperar
estaño de una mina de la provincia de Orense y extraer, de la escoria
resultante, dos de los metales que más valora la industria tecnológica por sus
propiedades químicas: niobio y tántalo. Se trata de los primeros compuestos de
esas materias primas sintetizados en España en la primera y única mina para su
extracción de toda Europa.
La mina de Penouta, en la aldea de Viana do Bolo (Ourense),
es la única mina en Europa en la que se explotan estos minerales estratégicos. Curiosamente
la empresa Rumasa, de la familia Ruiz Mateos, explotó este yacimiento hasta su
cierre en 1982, lo que provocó una gran cantidad de residuos que contienen
estos valiosos minerales que ahora se van a aprovechar.
Los científicos han desarrollado una serie de procesos
químicos con los que consiguen separar estos valiosos metales, a través de
distintas etapas de lixiviación y extracción con disolventes orgánicos, y
alcanzar una calidad comercial que no se puede lograr con los métodos
tradicionales. “Hemos obtenido lingotes
de estaño con una pureza del 95% y las primeras de sales de niobio y tántalo
con una calidad comercial de hasta un 97% y un 99%, respectivamente”, ha
explicado Félix Antonio López, investigador del CSIC.
Se estima que la vida útil de la mina será de 35 a 40
años, como mínimo. Además, a diferencia de otros proyectos, los trabajos en la
mina de Penouta no han producido rechazo social, ya que su reactivación ha
generado empleo en el municipio. Asimismo, tampoco existe riesgo
medioambiental, puesto que el proceso de obtención no genera ningún impacto
medioambiental negativo. Y por si todo esto fuera poco, este proyecto estudiará
la posible obtención de metales de tierras raras, principalmente cerio y
lantano, que son igualmente estratégicos para Europa.
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