sábado, 4 de abril de 2020

Urano revela un nuevo secreto


(AZprensa) Han pasado más de 30 años desde que la nave Voyager 2 voló a 81.433 kilómetros por encima de las nubes de Urano, recopilando datos que revelaron dos nuevos anillos, 11 satélites nuevos y detectaron temperaturas inferiores a -214 ºC. Desde entonces, ninguna otra nave se ha acercado a Urano y poco más hemos conocido de él, a pesar de ser uno de los planetas más grandes de nuestro sistema solar y estar mucho más cerca que Plutón, del que ahora conocemos más en detalle tanto en datos como en imágenes de su superficie.

Pues bien, un equipo de científicos ha vuelto a estudiar los datos recopilados por aquella misión y se ha llevado una sorpresa al descubrir cómo sin darse cuenta, aquella misión (la Voyager 2) voló a través de un plasmoide, es decir, una burbuja magnética gigante que lanza la atmósfera de Urano hacia el espacio.

Este fenómeno, la pérdida de atmósfera, ya era conocido en otros planetas, pero no en Urano. Planetas como Venus (que lanza hidrógeno al espacio), o Júpiter y Saturno, también están perdiendo una parte de su atmósfera, aunque no tanta como la que ahora han detectado en Urano. Pero ¿y la Tierra? Pues nuestro planeta también la está perdiendo, pero no hay que alarmarse porque lo hace en tiempos planetarios; por poner un ejemplo: Marte era muy parecido a la Tierra y perdió casi toda su atmósfera… pero esto le llevó cuatro mil millones de años.

En definitiva, hemos aprendido algo más sobre este vecino desconocido que es Urano, un planeta realmente curioso porque, por ejemplo, gira casi completamente de lado, completando una vuelta en sólo 17 horas, y el eje de su campo magnético apunta a 60 grados de distancia de ese eje de giro, por lo que a medida que el planeta gira, su magnetosfera, el espacio tallado por su campo magnético, se tambalea como un balón de fútbol mal lanzado.

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