(AZprensa) La presencia de una empresa en las Ferias de
su sector es una eficaz manera de acercarse a sus clientes potenciales, de
contactar con ellos, de mostrarles sus productos, de exhibir su musculatura
empresarial y encandilarlos para que se conviertan en clientes o para que se
fidelicen si ya eran clientes. En las ferias además se establece una sana
competencia entre todas las empresas, cada una de las cuales intenta atraer al
mayor número posible de visitantes, y puestos a ello hay que agudizar el
ingenio para conseguir tal objetivo. Así lo entendíamos en ICI-Zeltia y lo
llevamos a cabo en repetidas ocasiones.
Quizás una de las primeras en que intentamos algo
diferente fue en la Feria de Zaragoza (FIMA) en donde, a pesar de contar con un
simple stand modular (después ya iríamos siempre con stands de diseño cada vez
más espectaculares), conseguimos atraer la atención del público y hasta de los
periodistas, puesto que al día siguiente las páginas dedicadas a este
acontecimiento hacían una reseña de nuestra innovación. Se trataba de un robot
(parecido al R2D2 de “La guerra de las galaxias”) que se movía libremente por
el pasillo alrededor de nuestro stand e interactuaba con los visitantes: se
acercaba a ellos, les preguntaba cosas y respondía a sus preguntas… en ¡incluso
sabía cosas de la vida privada de algunos de nuestros clientes! ¿Cómo era
posible tal cosa? La solución no podía ser más simple: uno de los ojos del
robot era una cámara de vídeo y dentro del stand, en una cabina cerrada, estaba
el que lo manejaba y uno de nuestros comerciales, los cuales daban voz al robot
que –para darle mayor realismo- salía distorsionada para que pareciese
auténtica voz “robótica”. Esto sucedió a primeros de la década de los 80 lo que
suponía una auténtica novedad en todos los terrenos, porque luego esto fue
copiado y superado, pero cabe decir que fuimos de los primeros (y los primeros
de nuestro sector, desde luego) en utilizar este señuelo para llamar la
atención. Pero ¿qué tiene que ver esto con los productos? Pues muy sencillo, el
robot llevaba una gorra de “Zeldox” y ese mismo nombre serigrafiado en su
cuerpo, porque “Zeldox” era el nombre del producto que acabábamos de lanzar y
lo estábamos promocionando en ese momento. Así que, mira tú por donde, casi sin
pretenderlo, los periódicos publicaron fotos de “Zeldox” en el stand de
ICI-Zeltia.
“Memorias de un Dircom”:
“Memorias de un Dircom”:
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