Para todos aquellos que quieren dejar de fumar, o simplemente aplacar su ansiedad al no poder fumar en espacios públicos cerrados, el cigarrillo electrónico supone una vía de escape. El cigarrillo electrónico se caracteriza por permitir al fumador disfrutar del placer de tener un cigarrillo y fumarlo sin ingerir ninguna sustancia que sea nociva, sólo sustancias inocuas que consisten en aromas y aditivos naturales. De estos cigarrillos lo único que se desprende es vapor de agua, dando al “fumador” la sensación de que en realidad está fumando, pero sin perjudicar ni su salud ni la de aquellos que le rodean.
“Las personas que los compran ven en ellos un fumar más sano, lo compran para quitarse el ‘mono’ en ciertos momentos en lugares donde no está permitido fumar, para fumar menos, dejarlo o para reproducir los gestos de la acción de fumar pero sin inhalar todas las substancias nocivas que contiene el tabaco”, comenta Pedro Manuel García, director general de Smoke Clean, una de las muchas empresas que a partir de ahora redoblarán su presencia en nuestro mercado para propagar este nuevo concepto al que muchos ya denominan “vapeo”.
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