viernes, 7 de enero de 2011

Para el Estado, los padres son enemigos de los hijos

El Gobierno reconoce ante el Tribunal Constitucional que “Educación para la Ciudadanía (EpC)” tiene como finalidad adoctrinar en el relativismo y así lo pone de manifiesto públicamente cuando señala que “La libertad ideológica del menor no puede quedar abandonada a lo que puedan decidir quienes tienen atribuida su guarda y custodia o su patria potestad”.

A la vista de este informe, la plataforma “Hazte oir” (www.hazteoir.org) denuncia que según reconoce el Tribunal Constitucional “los padres no tenemos derecho a educar a nuestros hijos porque, según el Ministerio de Justicia, al hacerlo estamos adoctrinando.¿Consecuencia? ¡Solo puede ‘educar’ el Estado!”

El citado escrito viene a reconocer formalmente que la asignatura “Educación para la Ciudadanía” adoctrina a los niños en una moral de Estado y afirma explícitamente que el objetivo de esta asignatura es formar a los alumnos españoles en el relativismo ético: “La libertad ideológica del menor no puede quedar abandonada a lo que puedan decidir quienes tienen atribuida su guarda y custodia o su patria potestad”….“No sabemos a ciencia cierta hasta qué punto los padres actúan en defensa de unas convicciones que la menor comparte o rechaza”… “Difícil parece otorgar a los padres el amparo que piden cuando se ha desconsiderado la libertad ideológica de la menor”.

Frente a ello, y tal como apuntan desde esta plataforma ciudadana, “desde la Constitución al Tratado de Lisboa, pasando por la Declaración Universal de Derechos Humanos, consagran el derecho de los padres a educar a sus hijos según sus propias convicciones morales y religiosas. Y a eso no se le llama adoctrinamiento. Pero el Gobierno Zapatero no quiere soltar la presa que se ha cobrado en forma de asignatura adoctrinadora y manipuladora. Dice el escrito de la Abogacía General del Estado: ‘La concepción filosófica que presupone la democracia es el relativismo’ y ‘La democracia no tiene que pedir perdón por ser un régimen esencialmente relativista, sanamente relativista’. Por todo ello “es la nueva lucha de clases: los padres se convierten en posibles enemigos de los hijos. Y el Estado tiene que correr a salvarlos. Abortando o adoctrinando”.

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