La innovación siempre estuvo presente en mis aportaciones a
la publicidad médica. En esta ocasión creo que fuimos los primeros (hablo del
año 1972) que dimos a nuestros visitadores médicos un folleto en relieve. La
portada presentaba un calendario con bloques de fechas en distintos colores y
resaltados mediante un golpe en seco a la hora de su impresión. Para poder
imprimir correctamente por detrás, se había hecho en realidad un tríptico, pero
se habían pegado dos de sus hojas –convirtiéndolo en díptico- para que la zona
afectada por el golpe en seco quedase oculta.
En portada decíamos “¿Por qué no resolver fácilmente ese
problema periódico?”. Y esta intriga se resolvía al médicos tan pronto se abría
el díptico y se le explicaba que nos referíamos a la necesidad de restablecer
el ritmo de las secreciones ováricas con Progestormón, algo de gran utilidad a
la hora de combatir diversas indicaciones como –en este caso- la dismenorrea.
Al ser la dismenorrea un síntoma cuya causa más frecuente es
un trastorno neurohormonal con hipoluteinismo, Progestormon constituía el
tratamiento adecuado ya que “al restablecer la fisiología, suprime el dolor y
los restantes síntomas subjetivos: malestar general, cólicos uterinos, tensión
y edema premenstrual, cefalea y trastornos neurógenos”.
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