Otra de las innovaciones aportadas a la publicidad médica
fue la realización de campañas de intriga, aquellas que se hacían anunciando
algo que se iba a lanzar pero sin decir de qué se trataba, para conseguir captar
la atención e interés de la gente y que se convirtiese en tema común de
conversación tratando de averiguar cuál sería ese producto. Cuando por fin se
anunciaba el producto, la gente veía satisfecha su curiosidad al tiempo que se
le había grabado en el subconsciente ese mensaje subliminal inicial lanzado y,
por otra parte, volvía a ser tema de conversación: el misterio ya había sido
revelado.
Esta práctica se había empezado a poner en práctica en la
publicidad general pero nadie hasta entonces la había aplicado en la publicidad
médica, una publicidad que siempre se mostró reacia a las innovaciones y a la
creatividad. No era ese el caso de Latino-Syntex y de su equipo de marketing
que disponía de sus propio creativos y que –quizás por primera vez- había
contratado como Jefe de Promoción a un titulado en Publicidad. Contaba pues,
con la empresa ideal y el apoyo de la dirección, para llevar aire fresco, ideas
nuevas, a la publicidad médica.
En la imagen, un anuncio de la campaña de intriga para uno
de los lanzamientos más importantes que hicimos. Era evidente que anunciaba el
lanzamiento de un corticoide; no se decía cuál, pero sí dejaba en el aire una
pregunta “¿Se puede prescribir la corticoterapia un día sí y otro no?”. Desde
luego, hasta entonces ningún corticoide se prescribía así... como tampoco
ningún otro fármaco había desarrollado campañas de intriga...
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