Si Cortidene monodosis había sido un producto de éxito en el
campo de la corticoterpia, el lanzamiento de Triniol vino a romper moldes. En
su folleto de lanzamiento se hablaba de “Una nueva realidad en corticoterapia”
e introducía una nueva forma de utilizar la corticoterapia: la terapia
alternante, es decir, un comprimido cada 48 horas en una sola toma por la
mañana.
Como se explicaba en el interior, la terapéutica alterna con
Triniol consigue una especie de gimnasia del eje hipófiso suprarrenal, con
períodos de descanso y actividad para ayudarle en vez de dormirle como la
terapia continua.
Esto era posible por su vida hemática breve en relación con su larga actividad en los tejidos, su tolerancia y su biodisponibilidad. El reto estaba claro: ¿por qué utilizar corticoides y sistemas de administración con efectos secundarios importantes cuando se puede resolver el problema, desde el principio, con Triniol?...
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