Los laboratorios pequeños, con pocos recursos económicos,
hacían algunos folletos para presentar sus productos y no los sustituían por
otros hasta que el médico estaba tan cansado de verlos que ponía cara de
aburrimiento cuando veía aparecer otra vez al visitador médico con “el folleto
de siempre”. Por el contrario, los Laboratorios importantes y con recursos,
como Latino-Syntex, variábamos esos folletos cada poco tiempo. En el caso
concreto de latino-Syntex, dividíamos el año en cinco Ciclos promocionales:
Enero-Febrero; Marzo-Abril; Mayo-Junio-Julio; Septiembre-Octubre; y
Noviembre-Diciembre; Agosto no figuraba porque era el mes en el que todos los
visitadores médicos y la gente de marketing teníamos que tomar las vacaciones
obligatoriamente ya que en ese mes también casi todos los médicos tomaban sus
vacaciones y... los pacientes dejaban de quejarse de sus pequeñas dolencias
porque también se iban de vacaciones y dejaban su visita al médico para cuando
regresasen de la playa.
Para cada Ciclo promocional se preparaba un folleto (bien
fuese de 12 páginas, de 8, de 4 o un simple tarjetón) diferente, y –con buen
criterio publicitario- no se trataba de folletos aislados, sino que todos ellos
formaban parte de una misma campaña, utilizando imágenes y grafismos que se
potenciaban entre sí, y argumentos promocionales que se iban potenciando
igualmente. De esta forma, cada visita médica era diferente (tanto visual como
argumentalmente) y al estar formando cada unidad parte de una misma campaña,
cada visita era continuación de la anterior y preludio de la siguiente,
consiguiéndose un efecto acumulativo, justo lo que se persigue siempre con la
Publicidad. Eran los años 70 cuando yo trabajé en esta compañía y debo
reconocer que ya entonces se utilizaron criterios publicitarios profesionales.
1 comentario:
Y siguen haciéndolo.
Publicar un comentario