sábado, 13 de junio de 2020

El paciente a quien dan placebo tiene derechos


(AZprensa) El placebo es una sustancia inerte, sin ningún tipo de beneficio ni de efectos secundarios pero con la apariencia de medicamento para que el paciente crea que está siendo tratado. En los ensayos clínicos se suele comparar el fármaco objeto del estudio con un grupo control de pacientes a los que se da placebo, esto es, nada; pero que ellos creen que están siendo tratados. La primera pregunta que surge es: ¿es ético no dar ningún tratamiento (esto es, dar solo placebo) a un grupo de pacientes sólo para ver qué diferencias se encuentran respecto a aquellos que sí están recibiendo el medicamento supuestamente eficaz?

Según decía el Dr. Juan R. Castillo, “la Asociación Médica Mundial reafirma que se debe tener muchísimo cuidado al utilizar ensayos con placebo y, en general, esta metodología sólo se debe emplear si no se cuenta con una terapia probada ya existente. Sin embargo, los ensayos con placebo se aceptan éticamente en ciertos casos, incluso si se dispone de una terapia probada”.

Tal como explicaba, “el placebo puede usarse cuando no existe una intervención de efectividad comprobada; cuando la omisión de una intervención de efectividad comprobada expondría a los sujetos a lo sumo a una molestia temporal o a un retraso en el alivio de los síntomas; o cuando el uso de una intervención de efectividad comprobada como control no produciría resultados científicamente confiables y el uso de placebo no añadiría ningún riesgo de daño serio o irreversible para los sujetos”.

Por supuesto que existen medios para minimizar la posibilidad de efectos perjudiciales por encontrarse en el grupo control; por ejemplo emplear un diseño aditivo, que consiste en dar el tratamiento estándar, de forma adicional, a los dos grupos, el del placebo y el del fármaco en estudio. Pero esto no siempre es posible porque puede desvirtuar los resultados, por eso otra posibilidad, según este especialista es “realizar un análisis intermedio de eficacia y seguridad, para no prolongar innecesariamente la duración del ensayo”.

Con todo, hay una pregunta que siempre queda en el aire: ¿Incluiría un investigador, a sabiendas, a un familiar o ser querido en el grupo al que sólo se dará el placebo?

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