(AZprensa) Se ha abierto una nueva vía, aún en fase
experimental, que podría cambiar radicalmente el tratamiento de ciertos tipos
de leucemia. Se trata de extraer del paciente linfocitos, enviarlos a un centro
en donde serán modificados genéticamente, e inyectarlos nuevamente en el
paciente, en donde se multiplican y atacan al cáncer. Esos linfocitos se
convierten en auténticos guerrilleros, capaces de matar al menos 100.000
células cancerosas cada uno de ellos.
Kari Stefansson, director ejecutivo de la compañía de
investigación genética deCODE, ha reconocido el interés de las grandes
compañías farmacéuticas por esta investigación, señalando que quizás sea
Novartis la primera en obtener la autorización de comercialización.
Parece un método mágico, pero no está exento de efectos
secundarios. De momento, el estudio sobre 63 pacientes ha conseguido detener la
enfermedad en 52 de ellos, lo que supone un porcentaje altísimo para estos
casos: 82,5 por ciento. Sin embargo en otras 11 personas el resultado no fue el
esperado y fallecieron a causa de la enfermedad.
Se trata de un área de investigación realmente
apasionante para la industria farmacéutica; no obstante los investigadores de
deCODE han mostrado su preocupación no sólo por la dificultad que entrañaría
mantener el estándar de calidad si esta nueva técnica finalmente se aprueba y
se populariza, sino por los precios que la industria farmacéutica podría poner
a la misma, cerrando el paso –por simples motivos económicos- a la curación de
la enfermedad de muchos miles de pacientes en todo el mundo.
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