(AZprensa) El
descubrimiento de un nuevo medicamento no se consigue por arte de magia, sino a
través de una laboriosa investigación en donde cuenta mucho también la
experiencia propia de los investigadores y la experiencia acumulada por el
laboratorio que la hace posible. En el caso de la farmacéutica AstraZéneca,
descubridora del primer inhibidor de la bomba de protones, el popular
omeprazol, esta experiencia le valió para descubrir años más tarde un digno
sucesor que mejorase lo conseguido y que se comercializa hoy día en todo el
mundo con la marca Nexium (esomeprazol).
Sin embargo,
cuando en el año 2000 se dio a conocer este nuevo producto, su presentación a
los equipos comerciales sí que tuvo algo de magia. Anna Frick, responsable
internacional de dicho producto congregó a una treintena de profesionales de
los principales países, en el centro de conferencias Paul Nordstrom en Molndal
(Suecia) para presentar las principales campañas de publicidad que se habían
preparado para su lanzamiento y presentación en distintos países.
Un dálmata cuyas
características manchas de la piel se transformaban en el logotipo del producto,
la molécula en tres dimensiones (lo que implicaba ponerse unas gafas especiales
para poder seguir la presentación), o versos escogidos de grandes poetas
británicos, fueron algunas de las ideas que los creativos seleccionaron para su
lanzamiento.
En opinión de
Frick, un producto con unas características tan personales o diferenciadoras es
evidente que tiene una personalidad propia y necesita por tanto campañas
publicitarias que sean innovadoras, positivas, emotivas, enérgicas y
sorprendentes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario