(AZprensa) Con tal de ahorrar unos céntimos en cada envase, la Junta de
Andalucía compra algunos de los fármacos más vendidos a los laboratorios
farmacéuticos que más barato se los vendan, sea cual fuere el país de
procedencia de dichos fármacos. La India, por ejemplo, es un habitual proveedor
para las farmacias andaluzas.
Las consecuencias son constantes problemas de desabastecimiento, sin
entrar más al detalle de bioequivalencias, etc. que garantizasen unos niveles
de calidad de esos fármacos iguales a los fabricados en España. El caso más
reciente ha sido el del antihipertensivo valsartán, que el laboratorio hindú
Ranbaxy ha dicho que no podía suministrar de momento, por lo que la Junta de
Andalucía ha tenido que anular temporalmente la orden que obligaba a los
farmacéuticos andaluces a suministrar este producto.
Los farmacéuticos andaluces han protestado ya que entienden que estas
subastas que organiza la Junta de Andalucía para ver quién le ofrece el
medicamento más barato sin importar de qué parte del mundo venga, "discriminan a los ciudadanos andaluces y, como se ha
demostrado en estos años, deterioran la calidad de la asistencia, al ser
necesario modificar la medicación a los pacientes, debido a los frecuentes
desabastecimientos". La Confederación Empresarial de Oficinas
de Farmacia de Andalucía (Ceofa) tiene presentada una demanda contra estas
subastas en la que solicita su nulidad.
Durante los últimos tres años el Gobierno de Andalucía ha adjudicado
por el sistema de subasta algo más de 700 presentaciones de medicamentos, por
lo que los pacientes andaluces son atendidos con medicamentos de procedencia
distinta a los que reciben el resto de ciudadanos españoles.
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