(AZprensa) Desde
la investigación de un nuevo producto farmacéutico hasta su puesta en el
mercado, es evidente que un paso imprescindible es su fabricación, y a ello se
dedican las compañías farmacéuticas dotando a sus cetros de producción de la
última tecnología, siendo conscientes que son una pieza más del engranaje.
Investigación, producción y comercialización son, pues, los tres pasos
consecutivos que debe realizar cualquier fármaco para atender las necesidades
de los pacientes.
Barrie Thorpe (en
la imagen), quien fue el responsable de producción del laboratorio AstraZéneca
(surgido tras la fusión de las farmacéuticas Astra y Zéneca) tenía a su cargo
34 centros de producción en 56 países y reconoció la máxima importancia dada a
esta área como lo demostraba el hecho de una inversión de 700 millones de
dólares en el primer año de funcionamiento de este nuevo laboratorio para tener
“unas instalaciones que sean capaces de absorber la demanda prevista” y se
mostraba rotundo al afirmar que “no podemos aceptar problemas de suministro y
allí donde surjan habrá que actuar de forma inmediata”. Y es que cuando lo que
se fabrica es salud, la prioridad está clara.
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