(AZprensa, Editorial) En un reciente coloquio titulado “La
transparencia como valor”, organizado por la Comisión Nacional de los Mercados
y la Competencia (CNMC), el director general de Farmaindustria, la patronal de
la industria farmacéutica, declaró que “la
razón de ser de la industria farmacéutica innovadora es
investigar y poner a disposición de la comunidad sanitaria y de las personas
nuevos medicamentos que mejoren la calidad de vida de los pacientes o les
curen”.
¿A quién pretenden engañar? ¿A sí mismos? La
industria farmacéutica innovadora son empresas comerciales que cotizan en Bolsa
y que están pensadas para generar beneficios y hacer llegar los mismos a los
inversores que arriesgaron su dinero apostando por dichas empresas. Esa es la
verdadera razón de ser de estas industrias, todo lo demás es accesorio.
Porque la razón de ser es dar beneficio a los
accionistas y eso de “poner a disposición de la comunidad sanitaria y de las
personas nuevos medicamentos que mejoren la calidad de vida de los pacientes o
les curen” es simplemente la forma de trabajo que tienen dichas empresas para
alcanzar sus beneficios.
Y eso no está mal, sino todo lo contrario. Para los
ciudadanos resulta muy provechoso el que algunos inversores arriesguen su
dinero para descubrir nuevos fármacos que permitan curar enfermedades o mejorar
el estado de salud, y si así lo hacen, justo es que reciban sus beneficios.
Nadie trabaja de forma desinteresada; sólo las ONGs y ciertas órdenes religiosas,
y este no es el caso.
Por eso la vana palabrería que se gasta la industria
farmacéutica hace que nadie las crea y su imagen sea completamente negativa. A
la industria farmacéutica y a sus inversores, la opinión pública les exige que arriesguen su dinero y
trabajen por amor a la humanidad, sin esperar recibir a cambio nada más que el
agradecimiento de los pacientes. Y entonces, la industria –como en esta
reciente reunión- lejos de dejar las cosas claras, lo que hace es tratar de
engañarse a sí misma y a todos los demás, diciendo que su razón de ser son los
pacientes. Está claro que nadie los cree, y está claro que su imagen lejos de
mejorar se sigue deteriorando cada día más.
No hay comentarios:
Publicar un comentario