Como
continuación al artículo de ayer, nos gustaría finalizar con unas
recomendaciones de cómo distinguir una sitio fiable del que no lo es. En este
sentido, la Agencia de Calidad de Internet, IQUA, ha dado unos prácticos indicadores
de calidad para distinguir aquellos sitios que pueden merecer nuestra
confianza:
1.-
Actualización. Hay que
ver cuál es la fecha en que se ha emitido esa información. Por muy fiable que
sea, si han pasado varios años, es posible que ya haya quedado desfasada.
2.-
Veracidad. ¿Quién la ha
emitido? ¿Por quién está respaldado? ¿En qué foro se ha transmitido esa
información?. ¿Es ecuánime? La respuesta a estos interrogantes puede darnos
idea del grado de fiabilidad.
3.- Honestidad. ¿Quién emite la información y por qué
motivo?. ¿Cuáles son sus intereses? Todo el mundo tiene derecho a informar,
pero cuando no se identifica claramente quién está detrás de la información y
cuáles son sus intereses, hay que desconfiar.
4.- Confianza. ¿Ha visto citada esa fuente de
información en otros sitios fiables? ¿Es una fuente de referencia para otros
medios? ¿Está acreditada por los organismos que verifican la calidad de la
información en Internet? La respuesta positiva a estos interrogantes debe dar,
pues, confianza.
5.- Lenguaje. ¿Está redactado en un lenguaje sencillo
que todos entendamos y en un estilo gramatical correcto? Ojo con los sitios
“sólo para especialistas”; aunque podamos entrar, es posible que no podamos
“comprender e interpretar” correctamente esa información al no ser expertos en
la materia.
6.- Factor
humano. Cualquier sitio
fiable no pretenderá nunca suplantar el acceso a los profesionales sanitarios
cualificados, sino ser un complemento de los mismos. Si un sitio en Internet
menosprecia o invita a prescindir de los profesionales sanitarios, no podemos
fiarnos de él.
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