La sal influye en las
cifras de presión arterial y su evolución en el tiempo, ya que un mayor consumo
supone una tendencia a una mayor elevación de la presión con la edad y en una
mayor repercusión sobre los órganos: daño renal, cardiaco o vascular.
La reducción del consumo
de sal proporciona una disminución de las cifras de tensión, facilita el menor
consumo de fármacos, promueve la protección de los órganos diana y modera la
progresiva elevación de la presión con la edad. La mejor manera de reducir la
sal es no utilizarla para la preparación de las comidas, pero esto no significa
que el paciente hipertenso deba renunciar a los sabores, ya que la sal se puede
sustituir por una amplia variedad de condimentos y especies que alegrarán el
paladar con un amplio abanico de percepciones.
Las comidas no tiene por
qué ser siempre aburridas; también para los hipertensos existe la posibilidad
de degustar los exquisitos platos de la alta cocina. Así lo reflejaron en el
libro editado por AstraZéneca y titulado “La sal de la vida”, escrito por los
doctores Alex Roca-Cusachs (Barcelona) y Rita Bonet (Barcelona) sobre recetas
especiales para hipertensos elaboradas por el cocinero Carles Caig (en la
fotografía).
No hay comentarios:
Publicar un comentario