Algunos medicamentos antiasmáticos que permiten la
inhalación del principio activo en forma de polvo seco haciéndolo llegar en la
proporción idónea al flujo respiratorio utilizan un sofisticado sistema de
inhalación llamado “Turbuhaler”; pero ¿cómo funciona este sistema? Veamos sus
principales características:
El fármaco es impulsado por el propio flujo inspiratorio del
paciente, y no requiere propelentes ni lubricantes a diferencia de los
aerosoles.
El Turbuhaler se utiliza en posición vertical. Cada dosis se
carga con sólo hacer girar la empuñadura del envase, primero en un sentido y
después en sentido contrario.
Con este sencilla operación se rellenan una serie de
compartimentos muy precisos de un disco giratorio dosificador. El número y el
tamaño de los compartimentos del disco puede variar según el fármaco y la dosis
que se quiera administrar.
Después de girar la empuñadura e ambos sentidos, el paciente
debe expulsar normalmente el aire de sus pulmones, colocarse la boquilla entre
los dientes, cerrar los labios y aspirar fuerte y profundamente. No es
necesario realizar apnea; es decir, no es necesario contener después la
respiración a diferencia de lo que exigen otros dispositivos de inhalación.
Al aspirar, el aire pasa a través de una serie de
compartimentos, arrastrando la dosis deseada del fármaco, hasta una zona
diseñada para crear un flujo turbulento (de ahí su nombre de “turbuhaler”) en
donde el producto impacta contra las paredes internas de la boquilla
fraccionándose más aún para llegar al paciente con un tamaño de partículas
inferior a 5 micras.
Turbuhaler puede contener 60, 100 ó 200 dosis de sustancia
activa. Su sistema de carga asegura la total exactitud de cada dosis y es
imposible que el paciente, accidentalmente o deliberadamente, varíe la dosis
predeterminada..
Finalmente, una ventana indicadora avisa al paciente cuando
quedan 20 dosis, a fin de darle tiempo a solicitar un nuevo envase para
continuar su tratamiento si esto fuese preciso.
El diseño Turbuhaler ha sido reconocido con importantes
premios entre los que destacan la Medalla de Oro de la Real Academia Sueca de
Ingeniería, o el Premio de Protección a la capa de ozono, de la Agencia de
Protección del medio Ambiente de Estados Unidos, ya que este sistema de
inhalación de polvo seco está exento de propelentes CFC.
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