En mi revista “Información al Día” recogí hace años una
amplia entrevista con uno de los más grandes directivos de la industria
farmacéutica, Tom McKillop. Muchas de aquellas respuestas siguen manteniendo
hoy su plena vigencia, por lo que ofrecemos un extracto de las mismas:
¿Para qué necesitamos nuevos medicamentos?
La mayor parte del dinero que se gasta actualmente es en
visitas y hospitalizaciones, no en medicación. En los países desarrollados
aproximadamente el 10 por ciento del producto nacional bruto se destina al
sector sanitario. El diez por ciento de esa cantidad se destina a medicinas.
Por lo tanto, un total del uno por ciento del producto nacional bruto se
destina a medicinas. No cero que sea mucho. La gente gasta más en alcohol.
Todavía no piensan en lo importante que es la salud. Los gobiernos deberían
prestar también atención a este aspecto. Incluso si se gastase el doble en
medicinas todavía estaríamos hablando del dos por ciento del producto nacional
bruto. Si esto nos permitiese encontrar una cura para el Alzheimer, si
pudiésemos asegurar que una persona va a tener movilidad hasta los 90 años, que
una persona podría continuar disfrutando de la música y hacer crucigramas hasta
que fuese muy anciana ¿qué diríamos entonces?
¿Se necesitan medicamentos para todo eso? Seguro que
también podría recalcar la necesidad de que la gente coma saludablemente y haga
ejercicio...
¿Medidas preventivas? Esto sería fantástico, pero
desgraciadamente la gente no hace siempre lo que es mejor. Significa que la
gente no debería fumar y deberían dejar de comer hamburguesas. Sólo basta con
ver el tipo de comida que prolifera.
Conseguir un nuevo medicamento cuesta unos 1.000 millones
de dólares. ¿Cómo puede financiar esto la industria farmacéutica?
Las compañías farmacéuticas están intentando rediseñar la
vía de desarrollo de los medicamentos. Están ahorrando loo máximo posible. Por
ejemplo, nos planteamos si la experimentación en animales es verdaderamente
necesaria; dura al menos tres años y es muy costosa, por lo que estamos
desarrollando alternativas. Asimismo podemos ahorrar en costes en el mercado.
Pero el precio del medicamento tendría que incrementarse.
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