El tratamiento endocrino con el análogo de la LHRH Zoladex
(goserelina), sólo o en combinación con Nolvadex (tamoxifeno) es una opción
terapéutica eficaz y bien tolerada para mujeres premenopáusicas con tumores de
mama en estadios iniciales.
Para este grupo de pacientes la quimioterapia se acepta
normalmente como el tratamiento estándar de la cirugía inicial para extirpar el
tumor. No obstante, a menudo la quimioterapia se asocia a efectos secundarios
desagradables –y visibles- que incluyen la caída del pelo, náuseas y vómitos (a
pesar del uso de antieméticos) y riesgo de infecciones serias.
Aproximadamente 3 de cada 5 casos de cáncer de mama que
ocurren en mujeres premenopáusicas se piensa que son ER+, lo que significa que
el tumor depende en parte del incremento de estrógenos. Los pacientes con
tumores adecuados para manipulación hormonal tienen por tanto más posibilidades
de beneficiarse de terapias adyuvantes
endocrinas. Las investigaciones ya han demostrado que las pacientes sufren daño
en el tejido del ovario durante la quimioterapia, de ahí que la disminución de
la producción de estrógeno y la inducción de amenorrea –a menudo de forma
permanente- parezcan mejor que continuar con la menstruación hasta que se
termine el tratamiento.
La extirpación quirúrgica de los ovarios o la irradiación
para suprimir la producción de estrógenos, produce una castración permanente,
como lo hace el daño inducido por quimioterapia en los ovarios en una gran
proporción de casos. Esto hace que se produzca un estadio de menopausia
prematura en estas pacientes jóvenes, con todos los efectos adversos asociados
que conlleva, incluido un incremento del riesgo de la enfermedad cardiovascular
y/o osteoporosis.
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