Es bien notorio que los políticos sienten una irresistible
atracción por hacerse fotografías. Poco importa el motivo o lugar, lo
importante es “salir en la foto” y que esta se divulgue a través de los medios
de comunicación para aumentar su popularidad. Como ejemplo de ese insaciable
apetito por “hacerse la foto” traemos hoy a estas páginas el caso del entonces
alcalde de Sevilla, Alfredo Sánchez Monteseirín.
Un laboratorio farmacéutico alquiló un piso normal y
corriente en Sevilla para instalar allí su delegación regional. Conociendo el
“fototropismo” de los políticos, y a fin de dar un impulso mediático al aumento
de su presencia en esa capital andaluza, se encargó una placa conmemorativa con
su correspondiente cortinilla de terciopelo y se invitó al alcalde para que
inaugurar el piso... digo, la delegación regional. Como la invitación se hizo
llegar a todos los periodistas, el alcalde aceptó encantado, descubrió la
placa, pronunció un breve discurso ante las decenas de periodistas y directivos
que se agolpaban junto a la puerta del piso (digo, de la delegación), posó para
las numerosas fotografías que le hicieron y pasó a visitar las instalaciones,
es decir, un par de habitaciones amplias con mobiliario para salas de reuniones
y otras habitaciones convertidas en despachos normales y corrientes.
En la imagen, momento “histórico” en el que el alcalde de
Sevilla descubre la placa conmemorativa inaugurando el piso, digo la delegación
regional de Sevilla, fotografiado por el fotógrafo Federico Walls, tal como
apareció en la revista “Información al Día”.
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