(AZprensa) Y Dios tomó barro y creó al hombre... se nos
cuenta en la Biblia, y sin embargo esto mismo se dice en algunos escritos
rescatados de la cultura sumeria de hace cinco mil o seis mil años. Resulta
curioso comprobar cómo para los sumerios el hombre había sido amasado con
arcilla para servir a los dioses.
Estos dioses, los annunaki, disponían de una “sala de la
creación” en donde llevaban a cabo sus experimentos genéticos creando diversas
especies humanas, unas con más acierto que otras, aunque con el único fin de
que les sirviesen. No se trata de ciencia ficción sino de lo que relatan diversos
textos encontrados pertenecientes a dicha cultura.
Pero no acaba aquí
la cosa. Dice la Biblia que Dios creó a la mujer a partir de una costilla de
Adán. En escritos sumerios de hace cinco mil años, se dice que Enki tenía
enferma una parte de su cuerpo ¿sabéis cual? Una costilla, que en sumerio se
decía “ti”. Y la diosa encargada de curar esa costilla se llamaba Ninti (que
significaba la “Dama de la costilla”). Sin embargo, al igual que en cualquier
idioma una palabra puede tener varios significados muy diferentes unos de
otros, en sumerio “ti” significaba también “hacer vivir”. Y con el correr del
tiempo aquella “Dama de la costilla” pasó a ser la “Dama que hace vivir”.
¿Simples coincidencias?
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