(AZprensa) Ha causado un gran revuelo entre los seguidores
del Atlético de Madrid (el cuarto club de fútbol más importante de Europa,
según el último ranking de la UEFA) el anunciado cambio de su escudo para esta
nueva temporada. Gritos como “el escudo no se toca” y otros menos educados, se
han escuchado dirigidos al palco presidencial durante los últimos partidos. Sin
embargo, cuando uno ve el antes y el después del escudo del Atlético de Madrid
y lo compara con el antes y el después del escudo de la Juventus (Italia), que
también acaba de cambiar su escudo, cabe preguntarse cómo habrían reaccionado
esos seguidores si hubieran hecho con el escudo del Atlético un cambio tan
radical como el de la Juventus.
Opiniones y reacciones aparte, hay que reconocer que el
mundo es una continua evolución, que los logotipos (en este caso el escudo, que
es el que representa gráficamente al equipo) deben adaptarse a los nuevos
tiempos, y que casi todas las empresas van modificando e incluso cambiando
radicalmente su símbolo a través de los años. Véase si no, el logotipo de
cualquier compañía de automóviles, o de bebidas, o de lo que sea, a lo largo de
los años; los cambios son parte esencial del devenir de los tiempos.
Desde un punto de vista estrictamente publicitario, cabe
señalar que el nuevo escudo del Atlético es mucho más sencillo y fácil de
reproducir (dos colores en vez de seis, líneas más gruesas y sencillas, figuras
más grandes, mejor distribución de los espacios, etc.). Por eso, el único
“pero” que cabría encontrarle es que nunca se consultó con sus seguidores
cuando hubiera sido mucho más fácil mostrarles una terna de tres diseños finalistas
para que eligiesen uno de ellos.
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