(AZprensa) El Dr. Julio Sánchez Álvarez, jefe del servicio de Medicina Interna
del Complejo Hospitalario de Navarra y
profesor de la UPNA, ha intervenido en la
primera charla-coloquio dirigida exclusivamente a los ciudadanos, que organiza
el Colegio de Médicos de Navarra. En ella ha hablado de cómo mejorar la salud
cardiovascular y para ello los medicamentos sólo son la última opción.
Por eso ha destacado en primer lugar la importancia de
adquirir hábitos de vida saludables que incluyan ejercicio físico regular,
dieta mediterránea con ingesta calórica adecuada y evitar el tabaco,
“particularmente nocivo en la población diabética”. Esta es la receta para
prevenir las enfermedades cardiovasculares, “que avanzan de manera silenciosa,
sin dar apenas señales de alarma”.
Este experto se refirió específicamente al colesterol,
destacando lo que se conoce como colesterol “bueno” y colesterol “malo”. “La
mejor recomendación para elevar el llamado colesterol bueno, es realizar ejercicio
de forma regular y abandonar el tabaco. Aunque la elevación que se consigue es
modesta, el beneficio global es muy importante”, y añadió que hacer ejercicio
regular, dejar de fumar y adquirir unos hábitos dietéticos saludables sirve en
todas las situaciones y va a producir beneficio.
Especialmente importante es,
según el Dr. Julio Sánchez, actuar
sobre los hábitos alimenticios y el sedentarismo porque “somos el segundo país
europeo en obesidad infantil”. Recomendó suprimir de la dieta las grasas trans
(que se encuentran
en alimentos como margarinas vegetales, patatas fritas industriales o
palomitas), ya que oxidan las partículas de colesterol y
aceleran la formación de placas de ateroma. “Sería mejor erradicarlas, pero es muy difícil
luchar contra la industria alimentaria. Lo recomendable es que no superen el 1%
del total de las grasas totales que tomamos”. Aclaró que, en América, se obliga
a especificar el porcentaje de grasas trans en el etiquetado de los alimentos,
mientras que en España incluyen el porcentaje de grasas saturadas,
monoinsaturadas y poliinsaturadas, pero no se dice nada de las grasas trans”. También recomendó reducir las
grasas saturadas y algunas grasas vegetales, como el aceite de coco y de palma,
ésta última utilizada principalmente en bollería industrial y alimentos
precocinados para enlentecer la caducidad de los alimentos.
Finalmente, y en cuanto a los
medicamentos, explicó que “disponemos desde hace años de medicamentos
que van a contribuir a descender este tipo de colesterol y que han supuesto una
mejora de las expectativas de vida en los pacientes con alto riesgo de padecer
estas enfermedades y, sobre todo, en aquellos que ya han sufrido alguna de
ellas”.
Sobre las estatinas, fármaco base en el tratamiento del
colesterol, indicó que “a partir del primer año, los pacientes mejoran de forma
estadísticamente positiva, disminuyendo el número de infartos y anginas de
pecho respecto a los que no son tratados, y eso ocurre en todos los grupos de
edad”. En respuesta a las preguntas del público, aclaró que “la edad no tiene
que ser una limitación para su administración, siempre que se vigile su
interacción con otros medicamentos que ya tome el paciente” y que sus efectos
secundarios están perfectamente descritos (dolores musculares, los más
comunes). “Se ha comentado, incluso, que pueden favorecer el Alzheimer, pero no
hay estudios que lo demuestren. De lo que sí tenemos pruebas es del importante
número de vidas que han salvado en pacientes que han sufrido un ictus o un
infarto. Como en todo medicamento –concluyó el experto- se trata de valorar los
pro y contras, por eso no se dan estatinas a toda la población de bajo riesgo
porque, en ese caso, los inconvenientes superan a las ventajas”.
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