(AZprensa) Según explica el Dr. Albert Planes, del grupo de Ética de la
Sociedad Catalana de Medicina de Familia y Comunitaria (CAMFIC), si a veces no
actuamos mejor es porque siempre lo hemos hecho así. En efecto, el dejarse llevar por
la rutina es el peor enemigo de los médicos de familia. Esta sociedad médica ha
elaborado un documento, “Las buenas prácticas del médico de familia‘, con el que pretende llevar una reflexión
a estos profesionales para mejorar el día a día en las consultas.
En este documento se refleja, por ejemplo, que para definir lo que es
un buen médico de Familia, hay que “priorizar la atención de los pacientes por
encima de todos los demás objetivos y tareas”. “La reflexión ética –señala este
especialista- debe hacernos mejores médicos de Familia y, por tanto, debería
ayudarnos a ser más eficientes, a hacerlo mejor incluso en menos tiempo”. Y es
que la
bioética forma parte de las competencias esenciales del programa de la
especialidad de Medicina de Familia, junto con otras tan importantes como la
comunicación, el razonamiento clínico y la gestión de la atención. “Nos debe
permitir añade- dar valor a lo que es importante, no perder el tiempo en
registros inútiles o en controles vacíos de contenido y ganar ese tiempo para
esa persona que realmente nos necesita”.
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