(AZprensa) Parece ser que a la Justicia española no le gusta
que la gente se lleve bien; solo le importa lo que dicte el Juez y eso que
dicta debe ir a misa y ser inmutable. Muchos recordarán que el futbolista del
Atlético de Madrid, Lucas Hernández y su novia se pelearon. Aquello acabó en
una orden de alejamiento mutua (ninguno de los dos podría acercarse al otro) y
31 días de trabajos para la comunidad.
Pues bien, resulta que después de aquella pelea ambos
hicieron las paces y tanto fue así que se fueron de vacaciones a las Bahamas.
¡Cuál no sería la sorpresa de Lucas cuando al regresar de ese viaje lo han
detenido por quebrantar la orden de alejamiento.
Conclusión: si un juez dicta que una pareja debe separarse,
esa separación ha de ser definitiva por mucho que ambos estén arrepentidos de
la pelea que les llevó a juicio y por mucho que se sigan queriendo. Aquí el único
que manda –aunque sea en tu vida íntima- es el Juez.
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