Me decían altos directivos españoles cosas como esta: “Si publicamos que hemos ganado mucho dinero, las Autoridades Sanitarias no nos concederán el precio que pedimos (el más alto posible) para lanzar nuestros nuevos productos, y además los médicos no harán más que pedirnos dinero para sus cosas (congresos, publicación de libros, reuniones, patrocinio de cualquier clase de actividades, etc.)”. Para ellos, “ganar dinero” era algo que daba imagen negativa y no valía de nada decirles que, por ejemplo, los bancos siempre divulgaban con orgullo sus beneficios y esto era visto por la opinión pública como un símbolo de que el banco era solvente y podían confiar a él sus ahorros.
Nada de esto ha cambiado a lo largo de los años, y así les va a los laboratorios farmacéuticos en España: una imagen pésima ante la opinión pública y un expolio de los mismos por parte de las Autoridades Sanitarias y de los médicos, los primeros bajando y bajando los precios y los segundos pidiendo y pidiendo patrocinios.
Como anécdota, señalar que la central del laboratorio donde trabajaba siempre destacaba claramente en las ruedas de prensa los beneficios, yo ponía estos en un lugar más discreto -para contentar a mis jefes- a la hora de preparar la nota de prensa que divulgaba en España, y al final los periodistas sacaban esa cifra del lugar discreto donde la había puesto y la llevaban al titular. Y si por un casual no incluía dicha cifra, la buscaban en la nota de prensa internacional para llevarla igualmente al titular de su noticia. ¿De qué valía entonces disimularla o esconderla?
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