(AZprensa) Si –como dicen algunos- el Covid-19 es un arma
biológica diseñada en un laboratorio y liberada intencionadamente para
debilitar la economía mundial y revitalizar la economía china (no olvidemos que
ya casi nadie se infecta en China pero sí en el resto del mundo)…
Si –como dicen algunos- el Covid-19 es un arma biológica diseñada en un laboratorio y liberada accidentalmente o intencionadamente, para arruinar a la población y conseguir que los muy ricos sean todavía más ricos (no olvidemos que tres meses antes de la pandemia los más ricos y poderosos del mundo se reunieron para hacer un simulacro de pandemia y sus consecuencias sociales y económicas, muy parecido a lo que sucedió poco después)…
Si… podríamos seguir, pero vamos a considerar si de verdad el Covid-19 podría ser una buena arma biológica o no.
Analizándolo así, creemos que sí es una eficaz arma
biológica por los siguientes motivos:
1.- Es cierto que mata poco, pero mata selectivamente, es decir, se centra en la población anciana que son los que no producen y generan mayor gasto a la sociedad. En menores de 60 años mata al 0,2%, que es lo que en lenguaje bélico se llama “efectos colaterales”; mientras que en mayores de 80 años mata al 9,4%, un porcentaje bastante eficaz para conseguir ese objetivo de rejuvenecer a la sociedad. Destacados dirigentes internacionales han dicho que el envejecimiento de la población “es un problema” y que “hay que hacer algo ya”.
2.- Asusta mucho y mete miedo a la población, lo cual es una premisa para cualquier arma que pretenda ser eficaz. En este caso, la colaboración de los medios de comunicación (auténticos palmeros de los Gobiernos), es esencial para este fin. El miedo hace que la gente se someta fácilmente, es la herramienta de la docilidad.
3.- Los efectos y la propaganda en torno a este arma son tan eficaces que promueven el “pensamiento único” y el espíritu de “rebaño”. Dicho “rebaño” ve bien que se persiga y desprestigie a los disidentes y alienta incluso la delación.
4.- Se consigue dinamitar la economía a escala mundial, de tal forma que aquellos que son muy ricos podrán comprar a precio de saldo las economías hundidas y aumentar así su dinero y su poder.
5.- La desaparición del dinero en efectivo (el miedo al contagio lo justifica) para que todo sea digital con lo cual se acabó la “economía sumergida” y cualquier transacción estará fiscalizada y pagará impuestos; sabrán en definitiva lo que gana y lo que gasta y en qué cada ciudadanos.
6.- El desarrollo de medios de control de la población que, bajo la excusa de velar por la salud y seguridad, aceptarán sin rechistar cuantas medidas de control y violaciones de la privacidad impongan los Gobiernos.
En fin, no olvidemos qué es lo que quiere la élite económica
mundial (que no es que sean opiniones, es que lo han dicho públicamente): un
gobierno único mundial, una población menos envejecida, un pensamiento único,
una sociedad menos culta y más aborregada (menos “disparidad” que dicen ellos),
la desaparición de la privacidad para que todos los ciudadanos estén
controlados de forma eficaz y permanente, la desaparición del dinero físico y
que todo sea digital, etc.
Por todo ello podemos concluir que en el supuesto de que el
Covid-19 fuese un arma biológica, cumpliría todos los requisitos exigibles.
Si –como dicen algunos- el Covid-19 es un arma biológica diseñada en un laboratorio y liberada accidentalmente o intencionadamente, para arruinar a la población y conseguir que los muy ricos sean todavía más ricos (no olvidemos que tres meses antes de la pandemia los más ricos y poderosos del mundo se reunieron para hacer un simulacro de pandemia y sus consecuencias sociales y económicas, muy parecido a lo que sucedió poco después)…
Si… podríamos seguir, pero vamos a considerar si de verdad el Covid-19 podría ser una buena arma biológica o no.
1.- Es cierto que mata poco, pero mata selectivamente, es decir, se centra en la población anciana que son los que no producen y generan mayor gasto a la sociedad. En menores de 60 años mata al 0,2%, que es lo que en lenguaje bélico se llama “efectos colaterales”; mientras que en mayores de 80 años mata al 9,4%, un porcentaje bastante eficaz para conseguir ese objetivo de rejuvenecer a la sociedad. Destacados dirigentes internacionales han dicho que el envejecimiento de la población “es un problema” y que “hay que hacer algo ya”.
2.- Asusta mucho y mete miedo a la población, lo cual es una premisa para cualquier arma que pretenda ser eficaz. En este caso, la colaboración de los medios de comunicación (auténticos palmeros de los Gobiernos), es esencial para este fin. El miedo hace que la gente se someta fácilmente, es la herramienta de la docilidad.
3.- Los efectos y la propaganda en torno a este arma son tan eficaces que promueven el “pensamiento único” y el espíritu de “rebaño”. Dicho “rebaño” ve bien que se persiga y desprestigie a los disidentes y alienta incluso la delación.
4.- Se consigue dinamitar la economía a escala mundial, de tal forma que aquellos que son muy ricos podrán comprar a precio de saldo las economías hundidas y aumentar así su dinero y su poder.
5.- La desaparición del dinero en efectivo (el miedo al contagio lo justifica) para que todo sea digital con lo cual se acabó la “economía sumergida” y cualquier transacción estará fiscalizada y pagará impuestos; sabrán en definitiva lo que gana y lo que gasta y en qué cada ciudadanos.
6.- El desarrollo de medios de control de la población que, bajo la excusa de velar por la salud y seguridad, aceptarán sin rechistar cuantas medidas de control y violaciones de la privacidad impongan los Gobiernos.
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