(AZprensa) El fútbol, otrora un deporte de hombres, se ha
convertido ahora en un espectáculo de pusilánimes. Digo esto en relación a la
suspensión del partido entre el Granada el Athletic de Bilbao.
En el minuto 18 un espectador se desploma por una parada
cardiorrespiratoria e inmediatamente los espectadores que están al lado tratan
de reanimarle y llaman a las asistencias sanitarias. El portero llama
igualmente a los médicos del club. Todos los profesionales sanitarios le
atienden y finalmente lo evacúan en una ambulancia aunque con fatal desenlace.
Todo esto ha sucedido en la grada, pero… el partido se suspende.
Toda la vida se han producido esporádicamente episodios
parecidos en los campos de fútbol y espectadores y profesionales sanitarios se
han comportado igual: atender de inmediato a la persona necesitada y, si es
necesario, trasladarla urgentemente a un hospital, unas veces con éxito y otras
no. Pero siempre, una vez resuelto este incidente, el partido se reanudaba.
Ahora, sin embargo, no. El partido se ha suspendido.
Hemos entrado
en esa especie de burbuja de super proteccionismo según el cual nadie se puede
poner enfermo durante un partido de fútbol porque se suspendería el partido, los
ciudadanos tienen que ponerse vacunas contra todo no vayan a contraer cualquier
enfermedad, los ciudadanos tienen que quedarse encerrados en sus casas
arruinados si un virus anda por ahí suelto, los parques hay que cerrarlos si hace
frío o calor o viento o lluvia, por si a alguien se le cae una rama en la cabeza,
etc.
Nos han
convertido en borregos indefensos y obedientes que hacen caso sin rechistar a
todo lo que diga y haga Papá Estado. Todos, todas, todes, todis y todus somos
una panda de pusilánimes.
Por cierto,
si no tienes muy claro qué significa eso de “pusilánime” aquí te transcribo lo
que dice la Real Academia de la Lengua Española (RAE):
Pusilánime.- Dicho de
una persona: Falta de ánimo y valor para tomar decisiones o afrontar
situaciones comprometidas.
Sinónimos: miedoso,
cobarde, apocado, medroso, timorato, encogido, pollerudo, achumpipado.
Antónimos: valiente, resuelto.
Dar bien las malas noticias siempre resulta difícil y arriesgado incluso para uno mismo…
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