(AZprensa) En esta vida es importante tener principios,
ser consecuentes con nuestras opiniones y nuestros actos. Eso nos da dignidad,
credibilidad, pero –sobre todo- armonía con nosotros mismos porque sabemos que
obramos con rectitud.
La política nos deja con frecuencia ejemplos de lo
contrario y así vemos cómo incluso el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez,
miente con descaro y reiteración, falta a su palabra y hace incluso lo
contrario de lo que afirmó no hace mucho tiempo antes. Sería como aquello que
decía Groucho Marx. “Estos son mis principios, si no te gustan, tengo otros”,
sólo que en el caso de Pedro Sánchoez no tiene ninguna gracia.
Pero dejemos de hablar de seres tan indeseables y
pongamos ejemplos positivos, de personas que se mantienen fieles a sus
principios y demuestran ser seres dignos, íntegros, honrados y consecuentes. Y
dos claros ejemplos de esto nos los ha dado el mundo del deporte.
El primero de ellos fue Novan Djokovic, el número 1 del
tenis mundial. Se negó a ponerse las vacunas contra en Covid-19 porque no creía
en ellas y defendía el derecho a decidir sobre su propio cuerpo. Le llovieron
críticas por todos lados, e incluso insultos, y no sólo eso, sino que le
prohibieron participar en muchos torneos si no accedía a ponerse la vacuna. Djokovic
no cedió, se mantuvo fiel a sus principios, y dejó de participar en muchos torneos,
dejó de ganar muchos millones de euros y hasta perdió el nº 1 que ahora, un
tiempo después, ha recuperado a base de buen juego y un cuerpo sano.
La otra es Anna Muzychuk, gran campeona de ajedrez, la
cual se ha negado a jugar en Arabia Saudí, y lo ha explicado ella misma
reconociendo que es más importante la dignidad del ser humano que todo el dinero
y títulos que podría haber ganado. Esto es lo que ha dicho: "En unos días,
perderé dos títulos mundiales, uno tras otro. Porque decidí no ir a Arabia
Saudita. Me niego a jugar con reglas especiales, a usar "abaya" (vestido que tapa todo el cuerpo de las mujeres musulmanas salvo la
cara, manos y pies), a ser acompañada
por un hombre para poder salir del hotel, para no sentirme como una persona de
segunda clase. Seguiré mis principios y no competiré en el campeonato
mundial de ajedrez rápido y blitz donde en solo 5 días podría haber ganado más
dinero que en docenas de otros torneos combinados. Todo esto es muy
desagradable, pero la parte triste es que parece que a nadie le importa.
Sentimientos amargos, pero no puedo volver atrás."
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