Tan pronto se anunció la fusión de Astra y Zéneca se
intensificaron los contactos entre los equipos directivos centrales de ambas
compañías para decidir cuál sería el nombre de la nueva compañía resultante.
Comenzaron a barajarse muchos nombres, algunos de los cuales estuvieron a punto
de cristalizar. Así, la nueva compañía podría haberse llamado “Primey” o
“Project Artois”, igual que el nombre de una cerveza belga. Tenían claro que el
nombre debía ser corto, fácil de pronunciar y de recordar, y –lo más
importante- tenía que poder registrarse en todos los países.
Fue, concretamente, esta última condición, la que condicionó
la elección del nombre. Se sacrificó lo de un “nombre corto” compensándolo con
la ventaja que suponía utilizar el nombre (ya conocido) de las dos compañías
que se fusionaban; además –en la mayoría de los alfabetos, la A y la Z eran la
primera y última letra, lo cual dotaba a la compañía de esa imagen de empresa
que lo abarca todo (de la A a la Z) y tanto es así que desde el primer momento
se utilizaron las siglas AZ como abreviatura del nombre de la nueva compañía.
No hay comentarios:
Publicar un comentario