Se dan buenas noticias, todo el mundo compra acciones, los
más avispados detectan el momento álgido y empiezan a deshacerse de sus
acciones a un precio mucho más alto del que las compraron. Como consecuencia,
las acciones bajan... y otra vez a empezar. Así es la Bolsa y un ejemplo muy
claro de esto se dio con motivo de la fusión de las farmacéuticas Astra y
Zéneca. Conforme se iba acercando la fecha tope de aceptación de la fusión por
parte de los accionistas, el valor de las acciones se fue disparando hasta
alcanzar el máximo histórico de las 30 libras. Poco después, los inversores
comenzaron a vender para recoger beneficios y el valor de las acciones fue
bajando hasta situarse en las 26 libras, aunque –en cualquier caso- por encima
del valor inicial.
1 comentario:
No siempre las buenas noticias hacen que un valor se dispare,influyen muchos más factores que a veces se nos escapan...
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