La industria británica concedió el máximo galardón en
protección medioambiental a la unidad de negocios para la extracción de
metales, en el año 1999 a la compañía británica Zeneca Specialties. El motivo,
un nuevo proceso químico que permitía reducir un 85 por ciento los residuos que
habitualmente se producen en la extracción de cobre. Ese proceso descubierto
por esta compañía permite sustituir los efluentes habituales, que requieren
amplios tratamientos de detoxificación, por unas sales de magnesio con mínima
incidencia sobre el medio ambiente.
Según explicó Jeremy Scudamore, máximo dirigente de la
compañía, ese proceso permitió la fabricación a gran escala del reactivo Acorga
con un importante ahorro de costes y supuso un importante avance para la
industria minera de la extracción de cobre.
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