En la rueda de prensa que organicé para presentar el “I Estudio
sobre la situación de la Urología en España”, realizado por la Asociación
Española de Urología, tuve ocasión de comprobar que era cierto el titular que
encabeza este post. Me habían anunciado inicialmente que el portavoz de dicha
asociación que presentaría dicho estudio a los periodistas sería un viejo
urólogo de gran prestigio (vamos, una vieja gloria), sin embargo a última hora
no pudo acudir y le sustituyó el doctor Antonio Allona, del Hospital Ramón y
Cajal de Madrid. Fue una suerte tremenda, porque este urólogo no era una vieja
gloria sino un hombre actual que conocía perfectamente lo que es hablar ante
los medios de comunicación y decir y destacar justo aquellas cosas que
interesan a los periodistas, con un lenguaje sencillo y claro (nada de tecnicismos
y circunloquios para dar la impresión de que se sabe mucho) para que todos le
entendiesen y pudiesen luego transmitir correctamente los mensajes.
La rueda de prensa fue un éxito y los periodistas asistentes
contribuyeron a divulgar el nuevo perfil del urólogo español: joven (el 63% no
ha cumplido los 45 años), perfectamente preparado y compaginando la mayoría de
ellos la medicina pública con la privada (52% de los mismos).
Pero también, y con gran acierto, lanzaron el mensaje de
alguna de sus reivindicaciones. Por ejemplo cuando se quejaron públicamente de
que sólo el 69% de los servicios de urología dispusiesen en aquél momento de
ecografía propia cuando esto es para un urólogo “como el fonendo para un
internista”.
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