(AZprensa) El marco donde
se celebran los grandes acontecimientos debe estar a la altura de tales
acontecimientos. Así lo debieron pensar los responsables internacionales del
laboratorio AstraZéneca cuando eligieron el marco para ofrecer una cena a los
periodistas que de todo el mundo se desplazaron hasta Londres para asistir a la
presentación de los resultados económicos tras el primer año de funcionamiento
de aquella nueva compañía. Dicho marco no pudo ser más exclusivo: Aspley House,
un emblemático edificio que alberga un exclusivo museo en donde se alojan
cuadros de pintores de la talla de Velásquez, Murillo, Goya, Ribera, Moro,
Rubens, Brueguell, Van Dyck, Teniers o Van der Hieden.
Sólo compañías
realmente importantes podían ser autorizadas a celebrar una cena entre aquellas
paredes y AstraZéneca, por sus raíces británicas provenientes de la compañía
química internacional Imperial Chemical Industries (ICI), proveedora oficial de
la Casa Real británica, pudo conseguir ese privilegio. Pero, tan escasas eran
estas excepciones que aquella cena organizada por AstraZéneca fue la última que
se celebró en Aspley House, que fue residencia del duque de Wellington e
igualmente conocida como la casa Nº1 de Londres; desde entonces sólo funciona
como museo que puede visitar cualquier turista que acuda a Londres.
La cena ofrecida
a unos 80 periodistas europeos tuvo lugar en el salón de banquetes y la mesa se
dispuso tal como muestra el cuadro de Wiliam Salter “El banquete de Waterloo”,
precisamente un banquete ofrecido para celbrar la victoria sobre el ejército de
Napoleón. Cuadros como “El aguador” de Velázquez y muchos otros adornan las
paredes de dicho salón desde aquellos tiempos, y esos mismos cuadros arroparon
tan exclusiva cena para los periodistas que pudieron disfrutar de aquél
privilegio: una visita privada al museo y una cena rodeados de aquellos
cuadros.
Los máximos
dirigentes de la compañía se repartieron por la kilométrica mesa y conversaron
animadamente con los periodistas que tenían a su lado, pero al final de cada
plato cogían su vaso y su servilleta y se cambiaban la posición con cualquier
otro de los directivos. De esta forma, todos los periodistas tuvieron la
oportunidad de tener a su lado a varios de aquellos dirigentes. Dando ejemplo,
el CEO de AstraZéneca, Tom McKillop, conversó con los periodistas españoles,
respondió a sus preguntas, se interesó por su trabajo y por la situación en
España, y hasta tuvo tiempo de contar algunos chistes y accedió gustosamente a
fotografiarse junto a ellos al acabar la cena. La sencillez y el carácter
accesible y amable es lo que hace verdaderamente grandes a las personas y
McKillop dio buena muestra de ello porque así era, en realidad, su carácter.
En la imagen (de
izquierda a derecha) la fotografía que se hizo el grupo español: Rubén Esteller
(La Razón), Antonio Domínguez (Europa Press), Luchy Casal (AstraZéneca), Lucía Cecilia
(La Gaceta), Tom McKillop, Patricia Núñez (Expansión), Miguel Madrid (Diario
Médico) y Vicente Fisac (AstraZéneca).
Pero ¿queréis
conocer la historia de esta casa?... Eso será mañana...
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