La hemofilia es un trastorno congénito y
crónico de la coagulación de la sangre que se traduce en la posibilidad de
sufrir hemorragias internas y externas. Sin el tratamiento adecuado, la
aparición repetida de episodios hemorrágicos conduce a secuelas,
fundamentalmente músculo-esqueléticas, que disminuyen la calidad de vida.
La hemofilia A se caracteriza por
hemorragias espontáneas o prolongadas debidas a la deficiencia del factor VIII
y es la forma más frecuente de hemofilia, ya que un 85% de las personas que la
padece presenta este tipo. En el caso de la hemofilia B las hemorragias se
deben a la deficiencia del factor IX y afecta al 13% de los pacientes
hemofílicos.
Se trata de una enfermedad hereditaria
que está ligada al género, puesto que el defecto se encuentra en el cromosoma
X. Por lo tanto, la transmiten las mujeres y la padecen principalmente los
hombres.
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