(AZprensa) La historia de Nolvadex (tamoxifeno) se remonta a 1958
cuando un equipo de científicos de la división farmacéutica de Imperial
Chemical Industries (ICI) intentaba sintetizar un nuevo anticonceptivo. Sin
embargo la investigación condujo a una sustancia, tamoxifeno, de potente efecto
antiestrogénico pero sin eficacia contrastada como anticonceptivo.
El Dr. Arthur Walpole, un endocrinólogo del equipo
investigador, se dio cuenta de que este producto podía combatir el desarrollo
de algunos tumores de mama causado por los propios estrógenos del cuerpo
humano. Estudios realizados en el hospital Christie de Manchester confirmaron
su eficacia y llevaron al lanzamiento internacional en 1973. Durante muchos
años ha sido el fármaco más ampliamente utilizado en la lucha contra el cáncer
de mama, del que se han beneficiado más de 15 millones de mujeres en todo el mundo.
A principios de 1998 se inició el estudio ATLAS para evaluar
si la prolongación del tratamiento con Nolvadex (al menos cinco años más)
aumentaba la supervivencia. Poco después, nuevos hallazgos publicados en la
revista The Lancet, apuntaban que si Nolvadex se administraba inmediatamente
después de la cirugía a todas las mujeres con cáncer de mama, sin importar la
dad que tuvieran (hasta hace poco no se creía en su beneficio en mujeres
premenopáusicas) se podrían salvar miles de vidas. A finales de 1998 las
Autoridades Sanitarias de Estados Unidos (FDA) aprobaban su administración como
tratamiento preventivo para el cáncer de mama en mujeres de alto riesgo y poco
después, la propia FDA, daba un carácter prioritario a la revisión de este
producto como tratamiento adyuvante del carcinoma ductal in situ (CDIS) un tipo
frecuente de cáncer de mama no invasivo.
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