En una ocasión me tocó formar parte de la mesa electoral en
las votaciones para elegir el Comité de Empresa. Como es habitual siempre se
dan en estas ocasiones todo tipo de anécdotas pero recuerdo en especial que el
voto más tardío, justo en el último minuto, correspondió a un empleado cuyo puesto
de trabajo estaba... a tan solo tres metros!
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